Cada cuatro años, las ilusiones vuelven a recorrer las calles de nuestra amada Colombia, los amigos y primos que normalmente se reúnen para celebrar los cumpleaños o compartir un funeral, llegan sorpresivamente de visita. Con pre-acuerdos, y a informarnos por quien y porque debemos apoyarlo en la contienda electoral.
Es así que, la gente camina diferente, empoderada, algunos se sienten ediles, concejales, y hasta alcaldes y gobernadores, y lo mejor, saludan a “Juan Pueblo”, con la excusa de que “hace rato no te veía”, pero ¿cómo me podías ver?, si estabas en Miami y cuando levemente nos cruzamos te entró una llamada. Uno entiende que hay días para saludar y de aquí al 27 de octubre, seremos centro de abrazos, besos, apapachos, almuerzos y hasta celebraciones anticipadas de cumpleaños.
Hoy la política esta en auge, es así que, todos tienen derecho a participar en la contienda, lo que no sabíamos era que tantas personas conocidas quisieran uno de los puestos de concejal, diputado, y hasta más.
El 27 de octubre se redistribuirán las cargas, y se sabrá si funcionaron los acuerdos, si escogieron bien a los “ungidos”, si alcanzó la maquinaria política, si la estructura fue lo suficiente-mente fuerte para resistir las oleadas de la democracia, y si el tamal, las tejas y los mercados rindieron lo esperado.
Esta es la época de escuchar, entender y exigir. Quienes lleguen a cargos públicos deben ser personas impolutas, que se merezcan la oportunidad de dirigir los destinos de los cerca de los más de novecientos mil habitantes del Meta.
Son muchas las necesidades existentes, que no se van a solucionar con pañitos de agua tibia, pero que tampoco van a depender solamente de papá gobierno.
Los próximos ediles, concejales, diputados, alcaldes y gobernador, tienen un reto muy grande, y lo que se espera es lo básico, que no desfalquen las arcas departamentales y municipales, esto para quienes tendrán en sus manos la responsabilidad como ordenadores del gasto y para quienes ejecutan el control político, que realmente cumplan para que como región podamos amanecer en un departamento donde no paguemos la gasolina más cara del país, cuando somos quienes la producimos.
¡A votar se dijo!
