Derechos de los Indígenas en Tiempos de Covid por Franklin Meneses Sáchica

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En materia ambiental y rural, nuestro país es considerado potencia ecológica por la cantidad de especímenes de flora y fauna, además de los recursos naturales aún conservados. También se destaca a la población indígena, debido a que estas comunidades son un legado de cultura, medios, recursos, lengua y ordenamiento jurídico propio (que aporta caracterizaciones, mitos, leyendas, gastronomía y danzas), identificándolos como pueblos aborígenes y ancestrales.

Producto de la pandemia se han generado una serie de transformaciones que ha afectado a personas del campo y la ciudad, la Organización Mundial de la Salud junto a la Organización de las Naciones Unidas, han presentado informes que hablan de la extensión progresiva del Covid 19, incluso expertos virólogos se atreven a manifestar que hasta ahora es el comienzo y pueden darse rebrotes contínuos de la enfermedad en un futuro cercano. También analizan como ésta pandemia ha afectado a la población mundial incluyendo a los aborígenes, quienes se han visto más expuestos por las condiciones abiertas de muchos resguardos, la convivencia de varias familias juntas, la necesidad de una cobertura y capacitación para ellos por parte de las instituciones públicas frente al tema y un llamado a la prestación y el amparo de la salubridad junto a la cobertura total de los servicios públicos en aquellos lugares apartados donde todavía no existen.

El Departamento del Meta, se ha constituido en los últimos años en un hogar para muchas comunidades. Los Guayupe ya no son los únicos que hacen parte y han pisado estas tierras. En lo rural y en lo urbano es muy común escuchar de los Ingas, los Tukano, los Jiw, los Sikuani, los Guahibo, los Huitotos y hasta algunos Nasas provenientes de regiones apartadas en nuestro territorio. Hoy se cuenta incluso con turismo étnico. En Villavicencio cabe destacar que algunos albergues apoyados por fondos del Estado y también Privados reciben a los provenientes de estas comunidades brindándoles albergue, comida y acompañamiento en muchos casos con la idea de que no pierdan su esencia y retornen prontamente a sus resguardos y territorios de origen.

La población aborigen y ancestral hoy se constituye como patrimonio cultural de la humanidad. No solo por todo lo expuesto sino también porqué dentro de sus raíces y su esencia le recuerdan y hacen un llamado constante al colono y al ciudadano en común, de la necesidad, de la protección por la tierra y por los recursos, de la preservación del medio ambiente y el cuidado por aquellas especies que se encuentran hoy en vía de extinción. Ellos son los últimos bastiones en la defensa en medio de un ambiente cada día más urbano y digitalizado. Las autoridades indígenas manifestaron que con la pandemia el medio ambiente descansó.

Quizás el llamado de hoy resulta más significativo en medio de esta crisis de salud destacando la edificación de un humanismo que haga entender a todas las personas más allá que somos iguales sin importar raza, credo, ideología, sexo, condición social entre otras, el que así como debemos respetar los espacios del otro y apoyar ante las adversidades a aquellos que más lo necesitan, también debemos cuidar y proteger lo que la naturaleza aún nos brinda y aún así no perder de vista a aquellos que aún hoy son los protectores de la naturaleza, “los hermanos mayores”, la población aborigen y ancestral indígena.

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