El Presidente Gustavo Petro señaló este miércoles que “el proletariado del narcotráfico es cada vez es más consciente que está haciendo el papel de tonto”, porque “ahora, ellos ponen los muertos y la riqueza queda afuera” por lo cual, “se están dando cuenta que un camino probable es el de negociar con la justicia”.
En el Foro ‘Latinoamérica, Estados Unidos y España en la Economía Global’, donde intervino como invitado, el Jefe de Estado explicó que el conflicto en Colombia ha variado y “es cada vez más narcotraficante y el narcotráfico es cada vez más multicrimen y cada vez son más lejanos los referentes políticos, propios del conflicto, que eran muy fuertes hace 20, 30 o 40 años y hoy son, apenas, un eco”.
Al respecto, indicó que estas organizaciones “ya se están dando cuenta que un camino probable es el de negociar con la justicia. –Ojo con ese término, porque ya no estamos hablando de poderes políticos–, con la justicia, caminos de beneficio jurídico para finalizar su actividad”.
El Mandatario explicó que “las organizaciones multicrimen le han dejado a Colombia una especie de división internacional del trabajo que es producir la hoja de coca y tener la fuerza armada, entre comillas, que cuida esas rutas. Pero la riqueza, que es el objetivo del negocio, queda más afuera”.
Esto demuestra, agregó, que “esa multicriminalidad traspasa las fronteras. Ya ni siquiera tiene orígenes en Colombia, como antaño. Los procesos de valoración de las economías ilegales, que son fuertes por ilegales, ya no están dentro de Colombia. Eso es una oportunidad a la que le apuesto”.
En ese sentido, añadió: “Podría ser demasiado pragmático. Y es que en la medida en que la valorización que deja el narcotráfico ya no se sitúa en Colombia, Colombia podría escaparse. Lo cual no significa que acaba el problema, simplemente, se desplaza geográficamente”.
La situación, expresó que “ya no es el tiempo de Pablo Escobar. Ahora, ellos ponen los muertos y la riqueza queda afuera. Eso da una oportunidad”.
Es por esto que, reveló el Presidente, “todas esas organizaciones, con nombres que ya no alcanzan –hay que hacer ya un diccionario para entender todo ese laberinto de organizaciones multicrimen, algunos de vieja data y la inmensa mayoría de nuevo origen– han mandado cartas para abrir negociaciones para un desmantelamiento. Incluso, algunas diciendo que quieren apostarle a la visión de revitalizar la selva desde donde están”.
En cuanto a las negociaciones con el denominado Ejército de Liberación Nacional (ELN) está tratando de “retomar el proceso en el punto en que lo dejó (el expresidente Juan Manuel) Santos y volver a establecer unos protocolos, volver a establecer los países garantes, continuar allí donde él suspendió”.
De esa forma, concluyó: “Podemos construir un camino que no tuviera retorno para salir de la violencia en Colombia”.
