En un mundo cambiante, que cada vez va más rápido pidiendo respuestas oportunas a las necesidades en los diferentes contextos, dinámicas o tendencias mundiales; las Instituciones de Educación Superior “IES” se enfrentan a retos pedagógicos, didácticos y de evaluaciones académicas que, hoy en día, son muy distintas a las tradicionales. La puesta en marcha de nuevas tecnologías, de la información y las comunicaciones, juegan un papel determinante en el proceso de enseñanza-aprendizaje, desafiando a las IES a repensarse, no solo en los medios sino también en la necesidad de que sus estudiantes adquieran habilidades articuladas con la educación técnica y tecnológica y que los programas de pregrado disminuyan el tiempo de formación, dando la oportunidad a que nuestros jóvenes empiecen a ejercer sus saberes, abriendo las puertas para ingresar al mundo laboral o a sus propios emprendimientos.
La educación para toda la vida debe ir acompañada de una articulación que permita reconocer los saberes, de otros estados educativos, para avanzar en la adquisición de las competencias donde las IES deben generar la capacidad suficiente para responder a las dinámicas de la región, el país y el mundo, sin olvidar que la educación es el polo a tierra para un desarrollo contundente de la sociedad, anotando que la presencia en las regiones fortalece, además, la permanencia del núcleo familiar.
Las generaciones se transforman y la educación va cambiando en torno a cumplir los retos que enmarca cada uno de ellos; es así como, los proyectos educativos, deben alinearse con las nuevas dinámicas de un mundo que se transforma día a día, exigiendo flexibilidad y nuevas oportunidades de capacitación, mediadas por la tecnología revaluando la oferta de programas técnicos y tecnológicos que respondan a las actuales necesidades, así como disponer programas pre y posgrado virtuales o en modalidad combinada (presencial – virtual), para incursionar en las apuestas del mercado que hace frente a la interculturalidad, la globalización, la inclusión y diversidad.
En esta línea, las IES deben autoevaluarse en sus debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas para cada día ser mejores, actualizando la infraestructura física y tecnológica, revisando los procesos académicos y administrativos, capacitando al personal (administrativo y profesoral), en temas de interés o tendencias que signifiquen avance en la generación de competencias, para el desempeño de sus cargos o el traslado de competencias a los estudiantes, que, como egresados van a ser la cara visible del proyecto educativo institucional, y con la vinculación de aliados estratégicos (empresa, estado, sociedad) colaborar en el desarrollo de las regiones.
