«La atención fue muy buena», dice Yamile Toro, la mamá de Amy, la primera niña en nacer en el Centro Especializado Materno Infantil, quien recuerda que cuando comenzaron las contracciones la trasladaron desde su residencia, en el sector rural de Pompeya, hasta encontrar las puertas abiertas del CEMI, que había empezado a funcionar una semana antes.
«Miré muchas enfermeras, más médicos y nació a las 3:00 de la mañana», cuenta Nolber Arcila, el papá de Amy. «Esto que era una montaña realmente donde era un acopio de vicio, mirar que era un centro de vida era algo muy grande», añade, haciendo referencia a la construcción del puesto de salud del barrio San José, que estuvo abandonado por más de 10 años y se había convertido en un ‘elefante blanco’.
En total, 1.700 bebés han nacido en las instalaciones del CEMI, con una atención de primer nivel basada en el parto humanizado, donde se le permite al padre estar presente, junto con la madre, al momento del nacimiento.
«Cada vez que pase por acá voy a recordar que fue la primera niña que nació acá», agrega Yamile, mientras que su esposo, Nolber, dice que esta obra es un triunfo sobre la desidia y una garantía para la dignidad de una comunidad que exigía inversión.
«Lo más grande de este gobierno, que realmente hay que reconocerle el ciento por ciento al alcalde, es que ha venido siempre atacando a las poblaciones más necesitadas, porque es ahí donde hay que atacar la pobreza, la necesidad, que eso es lo que critican porque no se le ha dado la tajada», concluye Nolber.
/Alcaldía de Villavicencio