En el primer semestre de 2016, profesionales del Jardín Botánico de Bogotá (JBB) evidenciaron un notorio cambio en unos falsos pimientos de la calle 116 con carrera 9 (localidad de Usaquén), un árbol originario de países como Perú, Chile y Bolivia.
“Tenían un color rojizo”, recuerda Gustavo Ardila, ingeniero del equipo de Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE) de la entidad. “Pensamos que se trataba de un hongo, pero Germán Arveláez, fitopatólogo de la Universidad Nacional, nos dijo que era una plaga”.
Ardila, la bióloga Marcela Albornoz y el ingeniero José Castro localizaron un insecto en los árboles afectados y llevaron muestras al ICA, donde les informaron que se trataba de Monalonion velezangeli o chinche de la chamusquina del café.
Lo que más sorprendió a los expertos fue que este insecto habita en las zonas altas del Eje Cafetero con alturas de aproximadamente 1.800 metros, es decir que se logró adaptar a las condiciones climáticas de Bogotá.
“Comenzamos a analizar al insecto y las afectaciones que causa para poder controlarlo. Fue así que consolidamos un tratamiento foliar y nutricional que nos permite recuperar el árbol cuando se ve afectado”, apuntó Ardila.
Monalonion velezangeli es un insecto de color rojo y cuerpo alargado que afecta considerablemente las ramas y hojas de los falsos pimientos; las hacen lucir marchitas o con coloraciones cafés y rojizas, como si hubieran sido afectadas por un rayo.
“Los estados inmaduros de este insecto se alimentan de la savia del falso pimiento. En las punturas de alimentación dejan una abertura que es aprovechada por un hongo, el cual afecta los tejidos del árbol”, dijo Ardila.
El ingeniero asegura que es un vector para la entrada del hongo. “Cuando entra el hongo, el árbol forma una especie de resina que impide que salgan los nuevos brotes foliares. Entre el insecto y el hongo causan el deterioro del falso pimiento”.
Evidencia del cambio climático
Según Marcela Albornoz, Monalonion velezangeli fue reportado en la década de los 90 en las plantaciones de café del Eje Cafetero y luego comenzó a afectar los cultivos de aguacate de la zona.
La llegada a Bogotá de este insecto de 12 milímetros es un misterio. La bióloga considera que pudo deberse a la plantación por parte de ciudadanos de plántulas de aguacate o café provenientes de zonas templadas sin ningún tipo de inspección sanitaria previa.
“Es una prueba fehaciente del cambio climático. Es un insecto con una capacidad adaptativa impresionante a las condiciones medioambientales de la ciudad y puede conseguir nuevos hospederos”.
La bióloga indica que se ha adaptado con tal facilidad que afecta a los falsos pimientos en todos sus estados o fases. “Como es succionador se alimenta de la savia y debido a las toxinas que inocula al alimentarse afecta sus ramas y hojas”.
Cuando es adulto, succiona y deposita múltiples huevos en el árbol que tienen una alta propagación. Por eso, Monalonion velezangeli está catalogada como una de las principales plagas en la ciudad.
Tratamientos
Desde que el chinche de la chamusquina del café fue reportado en Bogotá, el equipo de Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE) del Jardín Botánico dio marcha a una investigación para establecer los tratamientos que necesitaban los falsos pimientos.
Albornoz informó que el principal tratamiento que reciben es una aspersión foliar, una liberación o aplicación de una mezcla fitosanitaria a través de microgotas o nebulización; además de una poda sanitaria de las ramas afectadas.
“También reciben una endoterapia, técnica que consiste en instalar dispositivos alrededor del tronco de los árboles con un tratamiento previamente preparado. Todo va por vía interna y es muy eficiente y rápida”.
Estos tratamientos buscan disminuir la presencia de Monalonion velezangeli en las ramas de los falsos pimientos y el accionar de un hongo saprófito que se aprovecha de los tejidos que están en descomposición para alimentarse.
“Por eso, hay que hacer podas sanitarias drásticas y manejos sanitarios de manera recurrente. En los falsos pimientos del norte y oriente de Bogotá realizamos hasta cuatro ciclos de tratamiento al año para detener el avance de la plaga”, apuntó la bióloga.
Más víctimas
Los falsos pimientos no son las únicas especies arbóreas de Bogotá afectadas por esta plaga. Según Ardila, la fucsia arbustiva y el guayacán de Manizales también cuentan con la presencia del insecto.
Hace poco, Albornoz corroboró su presencia en varios robles australianos de la calle 107A con carrera 7A, un sector del barrio Santa Ana en Usaquén, los cuales tenían sus ramas y hojas marchitas y débiles.
“En varios de los troncos y sobre el piso encontré varios insectos de la especie Monalonion velezangeli, por lo cual se procedió a realizar un tratamiento de aspersión foliar y endoterapia, una mezcla fitosanitaria con un insecticida que va directamente al interior de los árboles”.
/Jardín Botánico de Bogotá
