Cerca de 80 niños y jóvenes, asisten diariamente a las actividades de promoción de lectura, que oferta Corcumvi en las veredas del corregimiento 7 de Villavicencio.
Ni la distancia que separa las veredas Bella Suiza, La Llanerita, Santa Rosa y Vegas de Guayuriba, de la biblioteca Germán Arciniegas, ubicada en el barrio La Esperanza; ha impedido que los más pequeños del corregimiento 7 de Villavicencio, accedan al mundo mágico de la lectura.
Gracias a la incansable labor que realizan las promotoras de lectura de la Corporación Cultural Municipal de Villavicencio (Corcumvi), Herly Katheryn Cárdenas Garzón, una joven de 13 años, quien vive en la vereda Bella Suiza; al igual que otros niños de la zona rural del corregimiento 7, pueden asistir dos veces a la semana, a una biblioteca itinerante que hay en su vereda, y allí, en medio de la naturaleza, dejarse cautivar por los mundos imaginarios que descubren cada vez que abren un libro.
” Antes uno no salía de la casa. Ahora uno aprende nuevas cosas y se distrae en diferentes actividades que a uno le ayudan”, resaltó la adolescente. A su vez, Dana Zuleyma Cañas, una de las madres que acompaña a su hijo a las actividades de promoción de lectura, aseguró que fue una promotora de lectura quien descubrió el talento que tiene su pequeño para crear cómic. Y que, gracias a este programa, el menor se ha integrado más con otros chicos de su misma edad, y ha dejado aún lado el uso de las pantallas en su tiempo libre.
“Antes me tocaba pagarle a alguna profesora para que le ayudara con la comprensión de lectura. Ahora, gracias a Dios es gratuito. Bonito porque interactúan con otros niños, como que se hacen más compañeros, más amigos. Y por lo cerca que nos queda”, afirmó la habitante de la vereda Vegas de Guayuriba.
Además de disfrutar de la lectura, los niños y jóvenes de este sector de la ciudad, aprenden un segundo idioma, a través de géneros literarios como el cuento. Tarea que desempeña con mucho amor y dedicación, la voluntaria Sarah Hotz, quien les enseña inglés y alemán por medio de actividades lúdicas.
“Es un intercambio con los niños, porque los niños pueden enseñar el español a mí, y yo el inglés y alemán, a ellos. Es una clase, pero más con juegos, con dibujar y pintar Hoy, yo voy a contar un cuento en inglés, y vamos a aprender algunas palabras de ese cuento en inglés, y después dibujamos las palabras para aprender otro idioma, pero con juegos”, explicó Hotz.
Entre tanto, Lucila Gómez, directora de la Corporación Cultural Municipal de Villavicencio (Corcumvi), insistió en la importancia de llevar los programas de formación, a más niños de otros corregimientos del municipio.
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