El Partido Ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá anunció su salida del Gobierno israelí por el bloqueo legislativo que impide mantener la exención del servicio militar a su comunidad. La decisión sacude la coalición de Netanyahu y pone en riesgo su estabilidad si otros aliados siguen el mismo camino.
La fractura en el bloque oficialista se produjo tras el rechazo de una nueva propuesta de consenso presentada por Yuli Edelstein, del partido Likud, que no logró satisfacer las demandas del partido Judaísmo Unido de la Torá. La formación ultraortodoxa, con 7 escaños en la Knéset, activó su retiro de la coalición, decisión que se hará efectiva en 48 horas y que deja al gobierno con una frágil mayoría de 61 escaños sobre 120.
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La tensión gira en torno a la exigencia de los ultraortodoxos de mantener exenciones militares para quienes estudian en escuelas religiosas, una práctica histórica que el Tribunal Supremo declaró inconstitucional en junio de 2024. Desde entonces, el Ejército israelí está obligado a alistar a los jóvenes ultraortodoxos, lo que ha generado presión interna y paralizado la discusión legislativa.
Este tema ha cobrado mayor relevancia desde el inicio de la guerra en Gaza, que ha forzado al Gobierno a extender la duración del servicio militar y movilizar a miles de reservistas. Si el partido ultraortodoxo Shas también abandona la coalición, la mayoría parlamentaria se desplomaría, dejando al Ejecutivo de Netanyahu en una posición crítica ante una sociedad cada vez más dividida por el costo del conflicto y las desigualdades en el cumplimiento del deber militar.
