Desde este martes, Estados Unidos aplica impuestos del 10% a la madera de construcción importada y del 25% a los muebles y mobiliario de cocina, medidas que se endurecerán en enero y afectarán especialmente a Canadá y México, sus principales proveedores.
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A partir de la medianoche del 14 de octubre, entraron en vigor en Estados Unidos nuevos aranceles a la madera, los muebles y el mobiliario de cocina. La Casa Blanca justificó la medida bajo el argumento de “proteger la seguridad nacional”, una estrategia similar a la adoptada anteriormente con productos como el acero, el aluminio y el cobre.
La madera de construcción importada pagará ahora un impuesto del 10%, mientras que los muebles y el mobiliario de cocina estarán sujetos a una tasa del 25%. Estos gravámenes aumentarán a partir del 1 de enero de 2026, cuando los muebles pagarán un 30% y los de cocina un 50%. Los países con acuerdos comerciales, como el Reino Unido, la Unión Europea y Japón, enfrentarán tarifas reducidas, de entre el 10% y el 15%.
Canadá será uno de los más afectados por la medida, ya que suministra una cuarta parte de la madera de construcción que importa Estados Unidos. México también se verá impactado, pese al acuerdo comercial T-MEC. Según estimaciones de Capital Economics, el aumento de los aranceles podría elevar en unos 2.200 dólares los costos promedio de construcción, mientras que los fabricantes de muebles en China, Vietnam y México —que concentran casi la mitad de las importaciones estadounidenses del sector— sentirán una presión adicional en sus exportaciones.




