La crisis climática que vive el planeta nos ha llevado a enfrentarnos a la disruptiva entre petróleo y medio ambiente, y es que hemos entendido que el uso de combustibles fósiles genera emisiones de gas carbónico que aumentan la temperatura global, sumado a que estos combustibles no son eternos y que a mediano y largo plazo deberán ser reemplazados por fuentes de energías limpias (solar, geotérmica, eólica o hidráulica), que además garanticen la seguridad y accesibilidad a los habitantes del planeta. Quienes hacen parte del Sector de Hidrocarburos están de acuerdo con que se deben tomar medidas para cuidar al planeta y que se dé una transición de manera gradual y no de un solo golpe, para no comprometer la seguridad energética del país y la influencia del sector en la economía colombiana.
Panorama Global frente al Cambio Climático
El mundo enfrenta grandes cambios y afectaciones a nivel climático y ambiental. Durante los últimos 20 años, se ha evidenciado la necesidad de proteger los ecosistemas y administrarlos de manera eficiente, peligros como la deforestación, el calentamiento global y la sobrepoblación, entre otros, han motivado a que se establezca un compromiso para superarlos. Es así que, en en el año 2015, los 193 países que conforman la Organización de Naciones Unidas, -ONU- decidieron asumir los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030, fijando metas que permitan a la humanidad detener la emergencia climática y cumplir las metas de descarbonización, agua neutralidad, inclusión de género, cierre de brechas, protección de recursos naturales y transición energética consertada, como parte de los retos que hoy se enfrentan.
Carbono Neutralidad en Colombia
De acuerdo con Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas -ACP-: “Nuestro país genera el 0,04% de los gases de invernadero en el mundo, de los cuales el 40% proviene de los combustibles fósiles (el 12% de este porcentaje, equivale al parque automotor). Vale la pena resaltar que el 60% de emisión de gases restante está a cargo de la deforestación, zonas que se han destruido acabando con la biodiversidad, en las cuales se ha implementado la ganadería y la agricultura extensiva y el mal manejo de la tierra”.
El actual Gobierno anunció que trabaja en una nueva política minero energética, teniendo en cuenta que Colombia firmó el Acuerdo de Escazú y que se está buscando realizar una “transición energética justa e inclusiva”, tal como lo ha dicho el Presidente Gustavo Petro. De acuerdo con Irene Vélez, ministra de Minas y Energía: “Debemos superar nuestra propia historia, fuertemente dependiente de la economía de los hidrocarburos y el carbón. La planeación de la Transición Energética Justa es fundamental para Colombia porque implica una transición hacia una economía productiva, que tenga como pilar las energías renovables”.
En el marco de la V Cumbre de Petróleo, Gas y Energía, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda, indicó que: “hoy Colombia tiene unos compromisos de reducción de gases efecto invernadero bastante ambiciosos, que se pueden quedar en el papel, si no existen los recursos para financiar esa transición, de acuerdo con una investigación que realizamos en la Universidad de Columbia se identificó que el costo de esa transición requiere del 8% al 11% del Producto Interno Bruto del país, actualmente el Gobierno Nacional realiza una inversión del 3%, la pregunta clave es: ¿Marchitando el sector de hidrocarburos vamos a resolver ese problema?”.
Incertidumbre en la Industria
La Ministra de Minas ha indicado que son cuatro los principios y tres fases las que enmarcan la construcción de la nueva política energética del país que tendrían como “eje fundamental, pero de manera determinante, al diálogo social con la ciudadanía… la transición energética justa se hará con equidad, con gradualidad, con intensificación del conocimiento, y en especial, con un diálogo abierto con todos los actores involucrados. Los grandes cambios no se hacen de espaldas a la gente; aquí los haremos con y para la gente”.
Francisco Lloreda como máximo vocero de los empresarios del Sector de los Hidrocarburos nos explicó a cerca de la situación que enfrentan: “El panorama para la industria de los hidrocarburos es claroscuro, pues existen aspectos tanto positivos como otros que preocupan y esto dependerá de como se vaya esclareciendo el derrotero de la industria en los próximos años. Hay que resaltar el cumplimiento del programa de inversión social, el aporte de la industria a las finanzas de la Nación, la decisión del Ministerio de revisar los contratos existentes para establecer su viabilidad y los descubrimientos recientes de gas en costa afuera. Las empresas se encuentran a la expectativa frente a los nuevos lineamientos del Gobierno Nacional”.
En referencia a las preocupaciones que hoy tocan al Sector de Hidrocarburos en Colombia, Lloreda indicó lo siguiente: “Hemos señalado en público nuestra preocupación por la Reforma Tributaria que graba de manera excesiva a la industria, especialmente a las empresas privadas, también la incertiducmbre que hoy existe sobre la política exploratoria, si se van a suscribir unos nuevos contratos y el incremento en los problemas de orden público y conflicitividad en los sectores donde esta la industria y la inquietud sobre los cambios que anuncia el Plan Nacional de Desarrollo, respecto de la gobernatividad ambiental, el ordenamiento territorial y los tribunales, que pueden terminar haciendo más compleja la labor que desarrolla el sector. En ese marco, hemos encontrado empresas que van a continuar con su plan de inversion de corto y mediano plazo, mientras que seguramente otras lo van a revisar, esperaremos a final del año 2022 e inicio del 2023, cuando tendremos la información completa conocer ¿Qué estan pensando estas empresas frente a la operación en nuestro país?”.
Transición energética al 2030
Gracias a la riqueza hídrica de Colombia, la energía eléctrica que es utilizada para el desarrollo de múltiples actividades, proviene principalmente de las hidroléctricas, y en segundo lugar, de los combustibles fósiles. Es así que, hoy está garantizada la seguridad energética. Frente al tema de energías renovables en los últimos años se han dado grandes avances en la construcción de parques solares (fotovoltáicos) y eólicos, que al 2023 se espera generen más de 5.000 MW.
Según Lloreda, para hablar de transición energética es claro entender que si se trata como el abandono total de la energía fósil, esto va a tardar mucho tiempo, porque el petróleo y sus derivados estan presentes en la vida diaria de las personas de distintas maneras, empezando con todo lo que se produce con plásticos: “En ese sentido, creería que es más realista hablar de un complemento en la transición energética, conviviendo con distintas fuentes de energía durante mucho tiempo”, anotó. Esto mientras se implementan las nuevas fuentes de energías limpias que garantizarán la continuidad y acceso a las mismas. “Por ejemplo, tendríamos que hablar de la transición del parque automotor de Colombia, ya que el 12% del total de emisiones están asociadas al transporte, son 17 millones de vehículos de los cuales 10.100.000 son motos y cada año ingresa un promedio de un millón de motocicletas más al mercado, todas con combustibles líquidos y la pregunta es: ¿Cómo acelerar esta transformación en el parque automotor para acelerar la transición energética?”.
¿Cómo aporta el sector a la economía del país?
Las energías fósiles son una fuente de vital importancia para nuestra economía. De acuerdo con información publicada por el Banco Mundial, las rentas del petróleo en 2020 representaron el 2,6% del PIB, alrededor de $32 billones, y se espera que el país reciba $37 billones por este mismo concepto en 2023. Es claro que la industria entrega un aporte fiscal de más del 20% de los ingresos de la Nación, al igual que una importante cifra por regalías y aún no existe una fórmula que permita reemplazarlos, si se da una política energética no concertada.
Con referencia a los empleos que genera el sector de Energía y Gas, hace algunos días el presidente Gustavo Petro publicó a través de su cuenta de Twitter: “El petróleo no genera empleo”, a lo cual el Presidente de la ACP, indicó lo siguiente: “Es falso que la industria del petróleo y gas de Colombia no genere empleo, esta industria genera alrededor de cien mil empleos directos y cerca de quinientos mil indirectos. Recordemos que aqui estamos hablando no únicamente de las actividades principales como son exploración, producción, transporte, refinación, comercialización de petróleo y gas, sino también estamos hablando de talleres de mecánica que utilizan lubricantes y reparan motores. El uso de subproductos en la agricultura, de accesorios en plástico, poliestireno y el cloruro de polivinilo (PVC), productos farmacéuticos y cosméticos, colorantes y detergentes, entre otros, sin hablar del sector tecnológico. Ese tipo de afirmaciones no responden a la verdad, sino que también le faltan al respeto a quienes trabajan en la industria y a sus familias, adicional a todo el empleo que se genera de manera indirecta con la inversión en obras que se realizan a través de las regalías”.
Con referencia a las regalías y a su destinación es importante tener en cuenta que las inversiones se establecen desde el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, a través del Sistema General de Regalías, un esquema nuevo de coordinación entre las entidades territoriales y el Gobierno Nacional a través del cual se determina la distribución, objetivos, fines, administración, ejecución, control, el uso eficiente y destinación de los ingresos provenientes de la explotación de los recursos naturales no renovables precisando las condiciones de participación de sus beneficiarios.
Lloreda explicó que las empresas transfieren a la Nación recursos de regalías y es ésta quien determina en el marco de la ley su distribución: “Las empresas del Sector cumplen con el pago de las regalías, cosa distinta, si esas regalías cuando regresan al territorio se utilizan de manera adecuada o no. Inquieta que muchos ciudadanos parten de la premisa que las regalías no llegan o que se las roban, ahí se hace necesario hacer un seguimiento, una vigilancia más acuiciosa para que todos los ciudadanos sepan cuanto esta llegando a cada departamento o municipio, y que entiendan que esas regalías vienen de la industria petrolera y que deben utilizarse de manera adecuada, especialmente para proyectos estratégicos”.
Lloreda siguió exhortando frente al futuro de las regalías diciendo que: “En los años venideros vamos a ver recursos muy importantes, el presupuesto bianual se estima en $30 billones, una cifra difícilmente vista antes, pero ese no será el escenario si lo vemos a largo plazo con una industria marchita. Seguramente los gobernadores y alcaldes actuales y los siguientes van a aprovechar las regalías que ya se han generado, pero los que les siguen no, si para ese momento se ha marchitado la industria del petróleo y gas en Colombia”.
¿Con qué se van a sustituir los recursos de regalías?
De acuerdo con el Presidente de la ACP, esa respuesta nadie la ha dado: “Por eso es tan importante tener cuidado con la política de exploración y explotación en Colombia, ésta no se debe detener, si de detiene a la vuelta de unos años esa factura llegará con menor producción, regalías e ingresos fiscales para la Nación. Por ello debemos tener mucho cuidado con la sostenibilidad de la industria a mediano y largo plazo, que además son los tiempos que se van a requerir para complementar el uso del petróleo con otras fuentes de energía (limpias)”.
Los próximos meses
El Sector de Hidrocarburos está atento a que se les indique cómo va a ser el trabajo para aportar en la construcción de una hoja de ruta responsable. “La Ministra Vélez ha presentado un plan de trabajo para construir una hoja de ruta de la transición energética. En ese proceso no solo va a estar el Ministerio de Minas, sino los Ministerios de Hacienda, Comercio Exterior, y otras entidades de Gobierno, porque estamos frente a una triste transición no solo energética, sino fiscal, macroeconómica, y de regalías. No podemos dar un salto al vacío sin saber cómo proceder y cómo hablamos de diversificar las exportaciones de Colombia para que no dependan tanto del petróleo, pues eso requiere una transformación productiva, especialmente en las regiones productoras, es decir, va a ser muy importante definir cómo en el curso del tiempo departamentos como el Meta, que hoy aporta el mayor porcentaje de producción en Colombia, tendrá que desarrollar otras actividades productivas, complementarias o distintas a la petrolera para que el departamento no entre en desgracia, ya que si la industria se desacelera, éste es el primero en sentir la falta de esos beneficios”, así lo indicó Lloreda.