En el corazón de Viva Villavicencio nació un espacio que ya transformó la manera en que la ciudad comparte, trabaja, disfruta y se reconoce a sí misma: Calle Bistró, una apuesta gastronómica que no solo reúne sabores, sino momentos, emociones y experiencias que invitan a quedarse y volver.
Quien visita este lugar por primera vez entiende por qué se ha convertido en un referente. La experiencia comienza con una atmósfera cálida y contemporánea: vegetación nativa que conecta con el llano, materiales que evocan identidad local y una cascada de siete colores que rinde homenaje a Caño Cristales, recordándonos que Villavicencio también sabe sentirse destino.
Para Guillermo Andrés Zambrano, gerente de Viva Villavicencio, la apuesta surgió de una visión clara: ofrecer algo más profundo que un corredor de restaurantes.
“Calle Bistró nace de la necesidad de crear un espacio hermoso, cómodo y versátil. Queríamos que la gente viviera momentos: desayunar, almorzar, trabajar, tardear, cenar o simplemente descansar. Y queríamos hacerlo inspirándonos en nuestra región, en su belleza y en la experiencia familiar”.
Un espacio para comenzar, continuar y terminar el día
Calle Bistró se vive desde temprano. La creciente oferta de desayunos con Murad, JohnPan y Augurio -y nuevas marcas que abrirán este servicio próximamente- ha creado una rutina encantadora: el aroma del café, el sol de la mañana entrando por las zonas abiertas y el murmullo de quienes inician su jornada entre sabores cálidos y conversaciones ligeras.
A mediodía el ambiente cambia: familias, trabajadores y visitantes encuentran aquí un punto ideal para almorzar sin prisa, pero con calidad. Pastas, comida mexicana, carnes a la parrilla, sushi, cocina peruana, pizzas artesanales, hamburguesas y postres frescos se mezclan en una oferta diversa y equilibrada que satisface todos los gustos y presupuestos.
Pero es en la tarde cuando Calle Bistró se convierte en un refugio, el clima refresca y los visitantes encuentran en este entorno un espacio perfecto para coworking. El centro comercial instaló puntos eléctricos, mobiliario cómodo y una conexión de hasta 100 megas, la más rápida del complejo, permitiendo trabajar rodeados de naturaleza y buena gastronomía.
Mientras tanto, el parque infantil gratuito se convierte en el escenario ideal para que los niños jueguen seguros, mientras los padres comparten un café o un postre sin perder la tranquilidad.
Y cuando cae la noche, Calle Bistró cambia nuevamente de ritmo. La iluminación cálida, la música, los gastrobares que operan hasta las 2:00 a.m. y el ambiente abierto, crean un lugar vibrante pero seguro, perfecto para celebrar, conversar o simplemente disfrutar de la ciudad desde otro ángulo.
Marcas que elevan la experiencia
La oferta comercial es de los grandes logros de este espacio. Aquí conviven marcas reconocidas como Limoncello, Danny Parrilla, Crepes & Waffles, Huerto, Perú Sazón, Beer Station, junto a propuestas que han elevado su cocina gracias al ambiente del lugar como Murad, Augurio, Bahama Heladería y Churrería Porfirio.
Otras opciones como Jeno’s Pizza, Gryngos, Qué Burguer, Jhon Pan y Mochi Mochi complementan la experiencia cotidiana, haciendo que la calle sea accesible para todos y adaptable a cualquier plan.
Una acogida que confirma su éxito
La respuesta del público ha sido determinante para su consolidación. Según Zambrano:
“Las personas sienten el espacio como propio. Vienen a trabajar, a celebrar, a conversar, a pasar tiempo en familia. Hoy es un punto gastronómico referente en Villavicencio y un lugar al que incluso los turistas quieren venir”.
Y es evidente. Quien llega desde Bogotá o municipios cercanos encuentra en Calle Bistró un destino completo: comida de calidad, ambiente seguro, conexión a internet, parqueaderos amplios y un entorno que invita a relajarse.
Calle Bistró es más que una zona gastronómica: es una experiencia
Lo que hace especial este espacio no es solo su variedad de marcas, ni su comodidad, ni su diseño. Es la sensación de pertenencia, ese sentimiento de estar en un lugar donde todo fluye: el trabajo, la conversación, la familia, el ocio y la gastronomía.
Calle Bistró es un escenario vivo donde la ciudad respira, conversa, se reúne y se reconoce. Es un espacio para todos, para cada edad y cada plan, donde a cualquier hora del día se descubre un motivo distinto para quedarse. Allí la gastronomía se encuentra con la comodidad, y la identidad llanera se mezcla con la modernidad para ofrecer una experiencia que se siente propia.
Quien la visita, entiende que no viene solo a comer, sino a disfrutar, a conectarse y a crear momentos inolvidables.
/Llanoalmundo





