Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con el propósito de generar conciencia sobre el cuidado, la prevención y la movilización de esfuerzos para ayudar a mejorarla. ¿Qué es tener un problema de salud mental? ¿Qué es tener salud mental? ¿Qué es «estar loco»? ¿nos estamos chiflando? Es importante ubicar a la salud mental como un tema relevante de la agenda pública, pero al intentarlo nos topamos con una barrera: el estigma. La salud mental suele ser asociada con un trastorno mental, con una enfermedad psiquiátrica o con un estado de inestabilidad.
Hay muchos estereotipos asociados a este estigma, usualmente con cargas muy negativas, que dificultan que las personas se preocupen por su salud mental. Al considerarla irrelevante, un problema de otras personas o simplemente creyendo que es banal, se la hace a un lado, sin embargo, contrario a este estigma, el cuidado de la salud mental debería ser un tema que nos preocupara a diario.
El Día Mundial de la Salud Mental también debe servirnos para ello, para no pensarla sólo desde la óptica de la enfermedad, primero, y para devolverle el énfasis a la promoción y prevención y a tener prácticas de cuidado y autocuidado de la salud mental. La salud mental es un proceso de día a día que articula las relaciones que tenemos con nosotros mismos y con nuestros cercanos. Cuidar de nuestra salud mental es cuidar de tener relaciones interpersonales saludables, mediadas por el reconocimiento y el respeto. Es estar ahí para nuestra familia y amigos y que ellos estén para nosotros. Son cosas que no pueden reducirse a la enfermedad, así como su solución y prevención no son exclusivamente médicas. Con este preámbulo claro, podemos abordar el tema central del artículo: la prevención de la depresión y el cuidado de la salud mental en personas mayores.
Depresión
El trastorno por depresión es una de las enfermedades mentales más frecuentes, afectando a 322 millones de personas en el mundo, según datos de la OMS para 2017. Colombia no es ajena a esta problemática y se ubica por encima del promedio mundial, registrando una prevalencia del 4.8%, es decir más de 2 millones de colombianos sufren de este trastorno.
Para Lina González Ballesteros, líder de Salud y bienestar de la Fundación Saldarriaga Concha, las cifras que corresponden a las personas mayores de 60 años son preocupantes. Según la encuesta SABE, 3 de cada 10 personas manifiestan estar en completo abandono o experimentan un estado de soledad constante y actualmente en el país, el 41% de la población mayor tiene este trastorno. Esta enfermedad es más prevalente en las personas mayores, debido a las características de su entorno y a la exclusión a la que suele sometérseles.
Si bien, no es posible confirmar que la depresión es una de las principales causas de muerte en los adultos mayores, sí afecta su funcionalidad y calidad de vida, debido a la tristeza constante, incapacidad para experimentar placer, trastornos del apetito y/o sueño y otros síntomas físicos tales como fatiga crónica o dolor de cabeza. Estos síntomas tienen el agravante de dificultar las relaciones sociales de las personas mayores con su entorno, lo que propicia su aislamiento, condición agravante del trastorno.
¿Cómo se puede prevenir la depresión en los adultos mayores?
Es común que, durante esta etapa de la vida, el adulto mayor experimente algunos acontecimientos estresantes que generen la necesidad de readaptación como lo son la jubilación, pérdida de seres queridos, lesión o enfermedad, disminución de capacidades, falta de apoyo social, entre otros. De esta readaptación, y si es exitosa o no, es un reto para la salud mental de las personas mayores y puede devenir en enfermedades como la depresión.
De esta manera y resaltando una vez más el factor social como uno de los principales componentes en el bienestar en los adultos mayores, la Fundación Saldarriaga Concha, la Caja de Compensación Familiar de Caldas – Confa, Fundación Luker, Universidad Autónoma y la Universidad de Caldas crearon una iniciativa llamada Modelo de Cuidado con enfoque en envejecimiento activo que busca promover las relaciones y fortalecer los entornos del cuidado que las familias, la comunidad y las instituciones les proveen a las personas mayores.
A través de este Modelo de Cuidado, diseñado e implementado con todos los elementos recomendados por la Organización Mundial de la Salud y adaptado a las circunstancias de las personas mayores en el país, se han beneficiado 59 adultos mayores. Mediante 6 componentes se ofrece apoyo físico, mental y espiritual, logrando una no-reducción de sus habilidades cognitivas, así como incremento en sus capacidades productivas y sociales. Las personas mayores reconocen no sólo haber aprendido elementos para su vida, sino también encontrarse amigos, redes de apoyo más amplias y nuevos proyectos.
¿Cuáles son los factores que ayudan a prevenir la depresión en esta población?
Lina González asegura que «si bien, las cifras de depresión en los adultos mayores son desalentadoras, es un asunto que compete a todas las entidades y organismos que los rodean, para enfrentar eficaz y eficientemente una problemática que trasciende cada vez más en la vida de estas personas. Un entorno de bienestar, basado en brindar cuidado, salud, educación, hábitos saludables, convivencia y reconocimiento, son la clave para que los adultos mayores tengan una vejez de calidad».
Desde el Modelo de Cuidado con enfoque en envejecimiento activo, se definen 6 componentes que efectivamente favorecen a una vejez digna y saludable y que se recomiendan utilizar en los diferentes entornos, desde Alcaldías, Cajas de compensación, hogares para personas mayores y familiares.
El primero es el cuidado y el autocuidado que se enfoca en la motivación a las personas mayores para que sean más independientes en su vida diaria, y en la capacitación a los agentes de su entorno habitual, es decir familiares, cuidadores y vecinos en la forma adecuada para colaborarles.
También es fundamental la promoción de un estilo de vida saludable, ello incluye el énfasis en una alimentación balanceada, apegada a las necesidades nutricionales individuales y la actividad física, no sólo deportiva sino también cultural, que asegure una presencia activa en la comunidad durante la vejez.
Los laboratorios intergeneracionales de memoria y escritura dirigidos a personas de todas las edades, estimulan la creación literaria y narrativa, lo que a su vez refuerza la cognición y la imaginación.
Los ejercicios de respiración, relajación y meditación y el desarrollo de destrezas psicosociales son fundamentales para estimular la resiliencia y la resolución de conflictos. También se les presta asistencia técnica empresarial para sus emprendimientos, como apoyo a su propia productividad.
A su vez capacitar a las personas mayores y sus familias en temas de derechos, organización colectiva y evaluación de políticas los fortalece para exigir el cumplimiento de los mismos y aumentar el respeto que merecen como seres humanos.