“Están intentando quitarle el derecho político a la gente que votó por Petro, 11 millones y medio de personas, ni más ni menos, y el derecho político a Petro, porque es diferente, porque no se calla, porque dice verdades, así me equivoque muchas veces; porque intento que haya justicia en este país y que la gente pobre tenga un lugar y deje de ser pobre y los jóvenes tengan una universidad y las mujeres dejen de ser vejadas a través de sociedades machistas y tengan igualdad, ¡y no les gusta!, como no les gustaba Gaitán, como no les gustaba el pueblo libre”.
Así lo denunció este martes el presidente Gustavo Petro, en Carmen de Viboral, durante el acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional por el caso de la vereda La Esperanza en ese municipio antioqueño, ante la comunidad y familiares de las víctimas de los trágicos hechos ocurridos el 20 de junio de 1996, cuando varias personas fueron desaparecidas por el Ejército de ese entonces en alianza con grupos paramilitares.
Tras sostener que “les importó un bledo la sentencia” (de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con el artículo 23 de la Convención Americana, que dice que ningún ciudadano ni ciudadana de América puede perder sus derechos políticos sino porque cometió un crimen), indicó que “ahora nos han puesto en un momento difícil, claro, grave, porque a lo que van es a un golpe de Estado. No somos bobos para no saberlo”.
Agregó que el golpe que ahora se busca no es un golpe de Estado como los que se hacían antaño, “de militares y cañones y tanques”, sino que se planea mediante otros métodos. A continuación, reiteró que “al Ejército de Colombia y a la Fuerza Pública le he ordenado, como presidente constitucional de Colombia, no levantar una sola arma contra el pueblo. Sus enemigos son los bandidos, no el pueblo”.
“Y va a haber movilización del pueblo, claro que sí, y grande, inmensa, porque creo que este pueblo se cansó de la ignominia y la injusticia y de tener que llorar muertos y muertos sin que haya justicia. Y porque creo que llegó el momento de definiciones en Colombia”, manifestó el jefe de Estado.
No repetir la historia
El mandatario preguntó: “¿O vamos a ser un pueblo llevado al matadero permanentemente y llorar y llorar y llorar, o vamos a construir nuestra nación con dignidad, a abrirles el camino a nuestros niños, a nuestras niñas, a nuestros nietos, a que no vuelva a ocurrir lo que aquí se está contando que ocurrió en 1996, en la época de la gobernanza paramilitar en Antioquia y en el país, sin juicios, sin verdad, sin justicia, sin reparación?”.
Se refirió a la incoherencia entre lo que dice la Carta Política y el cumplimiento de la misma. “La Constitución del 91 hablando unas cosas por un lado y la realidad de la sangre hundiendo en dolor al pueblo por el otro lado. Eso no puede ser más en Colombia. ¡O rige la Constitución o rige! ¡O aquí hay una democracia o hay una democracia!”, dijo.
“El presidente llegará hasta donde el pueblo diga, no importa mi vida. Hasta donde el pueblo diga”, aseguró. “Cinco politiqueros pagos no van a hundir la democracia en Colombia”, recalcó.
“Llegó el momento de moverse. No hubiera querido que fuera así. Lo advertí, pero no reaccionaron, no pensaron. Se creen con el derecho de burlarse del voto popular, y aquí no hay un pueblo arrodillado. Aquí no hay un pueblo aterrorizado”, afirmó.
Advirtió que “aquí hay un pueblo que sabe que no puede seguir viviendo como lo han mantenido, y ustedes son testigos de ello, sino que aquí tiene que haber una nación que construya justicia, que construya libertad, que nos podamos entender entre diferentes, que los bandidos dejen el país, y los peores bandidos usan corbata y están en escritorio y se roban el dinero público”.
El presidente Petro enfatizó que “esos son los que ordenan a los guerreros matar, cuando un guerrero sabe que matar sin justicia no genera dignidad al guerrero. Ensucian banderas y ensucian uniformes porque quieren defender sus privilegios, quieren defender sus negociosos siempre”.
“Se han dedicado es a ordeñar a Colombia y a robarse el presupuesto y a hacerse ricos y heredar el poder por herencia y por apellidos, y una democracia no es una herencia de poder ni de apellidos. Así que llegó el momento”, puntualizó el mandatario.
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