El presidente Ferdinand Marcos Jr. decretó el estado de emergencia en Filipinas luego de que el tifón Kalmaegi causara al menos 114 muertos, 127 desaparecidos y afectara a cerca de dos millones de personas, principalmente en la provincia de Cebú. El fenómeno, descrito como “sin precedentes”, provocó inundaciones, deslizamientos y el desplome de un helicóptero militar durante las labores de rescate.
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El tifón Kalmaegi azotó con fuerza el centro de Filipinas, dejando una estela de destrucción antes de dirigirse hacia el mar de China Meridional. La mayoría de las víctimas murieron ahogadas por inundaciones repentinas, especialmente en Cebú, una de las zonas más golpeadas, donde se reportan 76 fallecidos y decenas de desaparecidos. En la vecina isla de Negros, el lodo volcánico arrastrado por las lluvias sepultó viviendas, causando al menos 12 muertes más.
Durante una reunión con las autoridades de gestión de desastres, Marcos anunció la medida de emergencia para acelerar la entrega de ayudas y frenar el aumento de precios de alimentos básicos. La gobernadora de Cebú, Pamela Baricuatro, calificó la situación como “sin precedentes” y señaló que el agua, más que el viento, fue la principal amenaza para la población.
Tras su paso devastador por Filipinas, Kalmaegi llegó este jueves a Vietnam con vientos de hasta 149 km/h. El Gobierno vietnamita evacuó a unas 300.000 personas y desplegó a 200.000 soldados ante la alerta por lluvias extremas y posibles inundaciones en las provincias centrales de Dak Lak, Gia Lai y Da Nang.




