Météo‑France alerta por la “precocidad e intensidad” del episodio de ola de calor, que mantiene en aviso a medio país y obligó a municipios y empresas a modificar horarios y actividades ante noches sofocantes y jornadas por encima de los 35 °C.
A solo un día del inicio oficial del verano boreal, el oeste francés amaneció este viernes bajo alerta por altas temperaturas: los termómetros escalarán entre 36 °C y 38 °C, unos diez grados por encima del promedio estacional. La agencia meteorológica nacional subraya que se trata de un fenómeno “notable” por producirse tan temprano en el año y prevé que el punto máximo se registre el sábado.
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El calor sostenido y las noches tropicales ya dejan huella en la vida diaria. Varias ciudades han prolongado la apertura de parques y habilitado espacios climatizados, mientras bodegas y viñedos adelantan o acortan faenas para proteger a sus trabajadores. Colegios de las zonas más afectadas suspendieron excursiones y actividades al aire libre, sumándose a un paquete de medidas preventivas que incluye campañas para hidratar a la población vulnerable.
La ola se extenderá por casi todo el territorio el sábado, día en que la tradicional Fiesta de la Música reunirá multitudes en conciertos callejeros bajo un mercurio que podría rozar los 39 °C. Es la cuarta vez en este siglo que un episodio de calor extremo llega antes del 21 de junio, un patrón que, según los expertos, confirma la influencia creciente del cambio climático en la frecuencia y severidad de estos eventos.