“Me podrán quitar muchas cosas, pero no la esperanza ni la ilusión de seguirme fortaleciendo para ayudar a otros, a mi comunidad”. Para Rosalba Pineda, líder de la Asociación de Mujeres Víctimas Unidas por la Paz – AMVUPAZ-, el haber crecido en un entorno donde su padre fue líder social y fundador de la primera junta de acción comunal de Mesetas, le dio el talante para sobreponerse a las circunstancias que han establecido al conflicto como un escenario de pocas oportunidades.
En su defensa por el Proceso de Paz y los derechos de las mujeres, los jóvenes y las víctimas, Rosalba ha entendido que su participación en espacios de co-construcción e intercambio de saberes, hace parte de su compromiso como ciudadana en la transformación del contexto de territorios que, como el suyo, han estado atravesados por la violencia.
El Sur del Meta hace parte de los tres departamentos que a través del proyecto ABRIGUE, financiado por la Unión Europea y ejecutado por el Instituto SINCHI, AGROSAVIA, MinCiencias, CIRAD y la UTCh, busca construir procesos de transición agroecológicos y de bieconomía (AEBE) por medio de la innovación. Pero ¿Es posible adoptar el concepto de “innovación” como un escenario social? Para los investigadores del equipo técnico ABRIGUE, una de las aristas que hará posible la adopción de mejores prácticas productivas, es la facilitación de herramientas de gobernanza que les permitan a los beneficiarios desarrollar proyectos donde, a través del mejoramiento de la asociatividad, sea posible instalar capacidades que les permitan construir redes de valor más allá de las cadenas productivas a las que pertenecen.
Durante el encuentro “Devolución de diagnóstico y co-construcción de estrategias de gobernanza en AEBE”, líderes como Rosalba y otros representantes de instituciones, asociaciones y productores, lograron conocer de primera mano, a través de expertos en política pública, herramientas que _“__apoyan la construcción colectiva de procesos para la gobernanza en AEBE”_, afirmó Julián Vivas, investigador y líder del Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación. “Quiere decir que, desde la perspectiva de la apropiación social del conocimiento, estamos impulsando a las comunidades a que construyan sus propios proyectos para que se de esa transición AEBE desde el punto de vista de los cambios políticos, culturales y sociales que se necesitan”, enfatizó.
A partir de herramientas metodológicas como el árbol de problemas, y el desarrollo de la ficha de intervención y los planes de negocio, los asistentes al encuentro lograron vincular los problemas identificados previamente a través de un diagnóstico participativo en términos de gobernanza, capacidades y de financiamiento, que los investigadores ABRIGUE hicieron; y lograron dar el primer paso para la gestión de iniciativas concretas que respondan a las particularidades en las que coinciden como actores de las cadenas de valor desde el mejoramiento del ingreso, el cuidado del suelo, la soberanía alimentaria y el
fortalecimiento de la asociatividad para la construcción de redes de
valor.
“Si tengo seis naranjas para once personas, ¿Qué vamos a hacer?”, preguntó Ofir Cano, miembro de la Junta de Acción Comunal de Vista Hermosa y líder del territorio en transiciones agroecológicas. Entusiasmados por las reflexiones sobre trabajar con la familia, cuidar los recursos naturales como fuente de vida y el interés por continuar fortaleciendo un tejido social que les ha representado la construcción de un municipio que le apuesta a la paz total, los asistentes coincidieron en que no era necesario dividirse, su respuesta fue: “hay que hacer jugo para todos”.
Las plataformas de innovación, entendidas como un escenario para el diálogo de saberes y la construcción de conocimiento, permiten hacer de este intercambio entre instituciones y actores de las cadenas, una transversalidad para continuar identificando y entendiendo, desde diferentes orillas, la posibilidad de hacer un uso integral de recursos financieros para la inversión a largo plazo en unos renovables como el conocimiento y la transmisión de capacidades inclusiva, es decir, participativa para las víctimas del conflicto, mujeres y jóvenes.
“Es gratificante reafirmar que en todos los lugares a los que uno va, hay una persona que sin saberlo es agroecóloga, que sabe de bioeconomía y sabe que la AEBE no se restringe al ámbito productivo, sino que se expresa sobre todo en relaciones solidarias, justas y de
sostenibilidad”,_ concluyó Vivas.
La innovación social como la oportunidad para construir y ejecutar proyectos integrales, propone hoy una oportunidad para el cambio. La gente del Sur del Meta quiere articularse y organizarse con otras experiencias para fortalecer sus capacidades. Aprender es uno de los
mayores deseos de las personas, porque como destacó Yaneth Reina, representante de ASODALE en Mesetas: “las máquinas no transforman la realidad, lo hacen los conocimientos, el querer aprender del otro”.
El paso a seguir por parte de los investigadores es consolidar la base de los proyectos que pronto serán presentados como resultado de este primer acercamiento a los participantes del proyecto. Con esto resuelto, se ajustarán detalles para iniciar una fase de gestión de búsqueda de financiamiento y desarrollo de estrategias que respondan a las solicitudes consensuadas por los actores.
/SINCHI
