Llanoalmundo.com entrevistó a Elkin Zapata, actual concejal de Villavicencio, y fundador del hogar de paso La Casa del Alfarero, para que basado en su experiencia de 21 años al frente de este refugio para habitantes de calle adictos, nos diera su punto de vista frente a la legalización de la marihuana en nuestro país.
Zapata pasó más de 10 años consumiendo drogas en las calles, su experiencia de vida hoy le permiten hablar con propiedad y sin titubeos de lo que piensa de esta ley que está en trámite. “Se lo resumo así, puedo hacer una encuesta a los adictos, y casi todos iniciaron probando la marihuana, es decir, ésta es la puerta para el consumo de sustancias psicoactivas, no es inofensiva, como muchos dicen, y por ella sí se llega a la indigencia. Yo tengo casos de personas que llevan 40 años intentando dejar la marihuana y no han tomado la decisión de dejarla, de hecho, la mayoría de los que están en proceso de rehabilitación, recaen con ella”, anotó.
El Concejal siguió añadiendo, que no es lo mismo consumir cerveza en un parque, que fumar marihuana en ese mismo espacio. “No comparto la teoría de que es lo mismo, sí yo sacó una cerveza de mi maleta y me la estoy tomando, y usted pasa con su hijo, ¿Te afecta? No te afecta, pero ¿Sí yo me fumo un “porro”? ¿Te afecta? Pues claro que sí, el niño termina “trabado” después de un lapso de tiempo”, explicó.
Para muchos analistas, legalizar la marihuana abre la puerta a la legalización del resto de sustancias psicoactivas, por ende, no creen que esto contribuya a acabar con el narcotráfico, una teoría que comparte Zapata, pues pone como ejemplo, Holanda, un país donde se descriminalizó el uso de las drogas, incluyendo las “drogas blandas”, derivadas del cannabis, y hoy se ha convertido en un reconocido productor y distribuidor de todo tipo de sustancias psicoactivas, ante la gran demanda en su país, y el resto del mundo.
De acuerdo con Zapata: “el Meta cuenta con cinco clínicas de Salud Mental, más cuatro de atencion de urgencias, en total, hay más de 20 sedes, si vemos cada sede como un espacio clínico, es bastante, ocupadas por jóvenes entre los 13 y 25 años, la mayoría con problemas de esquizofrenia provocada por el consumo de cannabis, el consumo de marihuana sí o sí, deriva en problemas de salud mental y Colombia no cuenta con la infraestructura médica para atender tantos casos de adictos sí se legaliza la marihuana”, concluyó.
No hay una fórmula mágica, sino un cambio de actitud
Existen muchas herramientas o modelos que se utilizan hoy en el tratamiento de las personas con problemas de drogadicción, desde los lugares más especializados que cuentan con equipos profesionales hasta aquellos que utilizan enfoques menos complejos. Para Elkin Zapata, no existe una fórmula mágica ni 100% efectiva para que una persona deje la adicción a las drogas, más que un cambio de actitud. “Muchas familias llevan sus hijos a clínicas de desintoxicación, allí reciben terapias físicas, dietas especializadas, secciones de inhalación de oxígeno puro, ¿Quién dijo que eso cambia? ¿Eso tiene que ver algo con dejar de consumir? Me explico, la adicción no es un problema que se lleve en la sangre, no es una infección, no es algo físico, es un problema de actitud mental. A los meses salen de allí, ya sus cuerpos han sido desintoxicados, pero ¿Si hay un cambio de actitud?”. «Un adicto está en la calle porque quiere, porque aún no ha tenido un cambio positivo de actitud. Un adicto alza la mano y dice: “quiero cambiar”, y le sobran sitios de ayuda, ONG’s, fundaciones –hay más de 10.000 en todo el país-, e incluso va a la EPS y allá lo reciben. ¿Por qué no se internan? Porque no quieren seguir reglas, ni tener disciplina, ni hacer nada. Y aun así, le echan la culpa toda al Estado.”, anotó el Fundador de la Casa del Alfarero.
La única opción es la prevención
¿Qué políticas son efectivas para disminuir la drogadicción? La respuesta es contundente: la prevención. Como familias debemos enseñarles a los niños a tomar buenas decisiones. «Hoy en día, los niños tienen celulares más costosos que los que usan sus papás. Los pequeños de 4 años se colocan la ropa que ellos quieren, es decir, a esa corta edad ya toman sus propias decisiones. Debemos dar educación de carácter a nuestros hijos, enseñarles a ser humildes, sí usted les compra unos zapatos que no son de marca, dígales que se los deben colocar. Enséñeles a escuchar un “no” sin ponerse bravos. No podemos formar niños en burbujas de cristal, se les dice: “no”, y se descontrolan», explicó. Zapata.
¿En qué va la legalización de la marihuana en Colombia?
La legalización de la marihuana en Colombia a través de la historia se ha venido dando poco a poco. Según la ley colombiana vigente, Ley 30 de 1986, dice que se permite la dosis personal de marihuana que no exceda de veinte 20 gramos; y la de marihuana hachís no mayor de cinco 5 gramos.
Otra de las disposiciones más actuales la contempla la Ley 1787 de 2016, la cual dio paso al cultivo y fabricación de insumos y productos de esta planta con propósitos medicinales. Actualmente, se encuentra en trámite el Proyecto de Acto Legislativo N°033 de 2022 en el Congreso, por medio del cual se busca despenalizar la producción, consumo y comercialización de cannabis y sus derivados en Colombia, y cuya ponente y coautora, es la senadora María José Pizarro del Pacto Histórico.
¿Cuándo se espera estaría probablemente legalizada la marihuana en Colombia?
Hay que partir primero de que, por tratarse de una reforma constitucional, la iniciativa debe surtir ocho debates en el Congreso para su aprobación (dos periodos legislativos), de los cuales ha pasado solo dos. Para el 20 de junio del 2023, ya tendrá que finalizar todo su trámite, y se espera sea aprobada porque hay compromiso de la mayoría de los congresistas, pese a la adversidad de que vuelven a legislar hasta el próximo 16 de marzo.
En ese caso entraría en vigencia un año después de su promulgación, tiempo en que se deberá reglamentar al detalle cómo funcionaría la nueva ley, es decir, la legalización completa de la misma estaría en el 2024.
Misión de la Casa del Alfarero
Según Elkin Zapata, este lugar se ha convertido en un refugio para los habitantes de calle adictos en Villavicencio. Hoy cumple dos misiones: La primera, “presta una ayuda humanitaria mínima, y básica al adicto de la calle, quienes llegan enfermos, sucios, o con hambre, se asisten o se llevan al médico sí es necesario; y la segunda, es la de un apoyo y direccionamiento en charlas de prevención de consumo de sustancias psicoactivas, y terapia en familia. Aunque la mayoría de ellos, tienen una corta estadía en la Casa del Alfarero, en ese “entrar, ir y devenir”, hay algunos que cambian, es el caso de Manuel Antonio Ospina Gaviria, quien lleva seis años y medio sin consumir”, explicó. “Cuando uno tiene voluntad, no es tan difícil, claro, cuando uno quiere salir” expresó Manuel.