La segunda jornada de la VI Cumbre del Petróleo, Gas y Energía, que se realizó la semana pasada en Cartagena, la abrió el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Jorge Iván González, con una presentación sobre la transición energética en las regiones y alternativas de financiación. González indicó que “la transición energética es un proceso que requiere tiempo y que avancemos sobre lo que tenemos; pues está claro que cambiar la estructura de la balanza de pagos no puede lograrse de un momento a otro; por ello, vamos a seguir dependiendo del petróleo si queremos avanzar en la transición; proceso en el que el ordenamiento del territorio es esencial y está vinculado a la geografía y la productividad”.
En relación con los desafíos financieros de la transición energética en Colombia, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda y Crédito Público, y de Minas y Energía, señaló que “la transición energética nos enfrenta a la necesidad de reducir las emisiones. Para ello, debemos crear instituciones que resuelvan los problemas de deforestación, y, al mismo tiempo, alinear los objetivos ambiciosos planteados para lograr dicha reducción al menor costo posible, garantizando la autosuficiencia energética de Colombia”.
Desde la academia, Mauricio Olivera, vicerrector administrativo y financiero de UniAndes, en la conversación sobre mercado laboral y transición justa, manifestó que “la transición energética enfrenta desafíos múltiples, desde fiscales y sociales hasta sectoriales y macroeconómicos. A pesar de los avances en políticas climáticas y sociales, la integración efectiva entre ambos tipos de políticas sigue siendo limitada. El concepto de ‘Transición Justa’ emerge como un camino, destacando la necesidad de diálogo temprano, participación y sólidos programas de asistencia social para proteger medios de vida y comunidades en una transformación a economías bajas en carbono”.
Combustibles líquidos en la transición
La conversación también giró en torno al rol de los combustibles líquidos en la garantía de la seguridad energética de los colombianos; y teniendo en cuenta que en la próxima década se prevé un aumento de 4% anual en la demanda de combustible de aviación (jet fuel) en Colombia, superando el crecimiento proyectado para gasolinas y diésel (alrededor de 2% anual), se exploraron las alternativas para garantizar el abastecimiento confiable y competitivo de dichos energéticos en el país.
“La adopción de SAF (Combustibles de Aviación Sostenibles) representa un paso significativo al transformar la fabricación de aeronaves y su infraestructura. Esto resultará en una transición energética más rentable y permitirá mantener la prestación gradual de servicios de aviación, tanto para pasajeros como para carga. La transición deberá llevarse a cabo de manera progresiva para garantizar la accesibilidad y, al mismo tiempo, reducir nuestra huella ambiental”, expuso Guilherme Goulart, gerente de Relaciones Institucionales de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
En cuanto a la transición energética en el transporte, en atención a la necesidad de garantizar un suministro fiable y de calidad para más de 7 millones de vehículos y 11 millones de motocicletas, los expertos coincidieron en la importancia de lograr una diversificación gradual de la oferta energética para la movilidad, incluyendo mejoras en combustibles convencionales, biocombustibles, gas vehicular, movilidad eléctrica e hidrógeno, pues a pesar de la electrificación progresiva del transporte, se proyecta que la demanda de combustibles líquidos continúe aumentando, aunque a un ritmo más lento, durante la próxima década.
Barómetro Petrolero 2023: consenso frente a la transición
Al cierre de la jornada se presentaron los resultados del Barómetro Petrolero 2023 una iniciativa de la firma Jaime Arteaga & Asociados. Este instrumento de medición de la percepción que tienen los colombianos acerca de la industria del petróleo y gas en el país, aplicado por el Centro Nacional de Consultoría (CNC), consultó a más de 2.900 ciudadanos, 240 funcionarios gubernamentales y 140 líderes empresariales del sector de petróleo y gas; y evidenció que, el 92% de los ciudadanos concuerda en que la transición energética necesita tiempo para ser equitativa; y que el respaldo de los colombianos a la industria del petróleo y gas ha alcanzado niveles históricos, en razón a que el 81% de los encuestados considera que este sector es positivo para el país, (con respecto al 78% registrado en el 2022) y el 83% dice que es esencial para financiar programas sociales y proyectos de inversión pública del Estado.
Jaime Arteaga, director de Jaime Arteaga & Asociados, resaltó que “el respaldo de la ciudadanía a la industria del petróleo y gas es el resultado de un diálogo constante sobre el futuro de las exploraciones y la producción de hidrocarburos en el país. Esto ha permitido que los colombianos comprendan mejor la contribución del petróleo y el gas al funcionamiento del Estado y a la inversión social en Colombia».
/VI Cumbre de Petróleo, Gas y Energía