El canciller alemán Friedrich Merz se reunió por primera vez con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca. Aunque el tono fue amable y hubo gestos simbólicos de cercanía, persisten dudas sobre si la reunión influirá en las decisiones del mandatario estadounidense sobre Ucrania y comercio.
Friedrich Merz, canciller alemán, realizó su primera visita oficial a Washington y fue recibido con cordialidad por Donald Trump en el Despacho Oval. La reunión, que duró dos horas y media, transcurrió en un ambiente distendido. Trump saludó a Merz con un apretón de manos y palabras amistosas, marcando un contraste con encuentros recientes más tensos con otros líderes internacionales.
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Merz optó por una estrategia de cercanía, destacando afinidades personales y bilaterales. Como gesto simbólico, obsequió a Trump el certificado de nacimiento de su abuelo alemán, también llamado Friedrich.
El canciller alemán buscó generar un clima favorable antes de abordar temas sensibles como el apoyo a Ucrania y la cooperación militar transatlántica.
En cuanto al conflicto en Europa del Este, Merz calificó a Trump como «la persona clave para poner fin a la guerra en Ucrania». Aunque el presidente estadounidense escuchó con atención y agradeció los elogios, no ofreció señales claras de modificar su posición sobre el conflicto.
Aun así, valoró positivamente el aumento del gasto en defensa por parte de Alemania, aunque bromeó sobre los límites históricos del rearme alemán.
Temas comerciales
La reunión también tocó temas comerciales. Merz intentó allanar el camino para futuras negociaciones sobre los aranceles que afectan a sectores clave de la economía europea, como el automotriz y el siderúrgico.
Trump expresó optimismo sobre alcanzar un «buen acuerdo comercial», reconociendo a Merz como un actor clave en el diálogo con la Unión Europea, aunque el canciller advirtió contra expectativas excesivas.
Pese al éxito diplomático de Merz, su visita fue parcialmente opacada por la creciente disputa entre Trump y Elon Musk, lo que captó gran parte de la atención mediática.
Aun así, el canciller alemán consideró su viaje un paso importante en la construcción de una relación sólida con la administración estadounidense, de cara a próximas cumbres del G7 y la OTAN. Resta por ver si esta conexión será suficiente para influir en el volátil escenario político de Washington.
