En medio del vibrante entorno del Parque de la Cultura Llanera Las Malocas, uno de los referentes turísticos más importantes de la Media Colombia, conversamos con Luis Carlos Londoño, director del Instituto de Turismo del departamento, quien celebró el reciente logro que posiciona al Meta como el número uno en aviturismo en Colombia.
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“Estamos felices de ratificar que el Meta es hoy el lugar más importante para el avistamiento de aves en el país y el mundo”, afirmó Londoño, mientras destacaba que el parque, adornado con murales de aves autóctonas, es también un punto clave para esta actividad en Villavicencio.
Este reconocimiento no fue fruto del azar. Más de 1.600 personas participaron activamente en jornadas de avistamiento de aves durante el Global Big Day, evento mundial de biodiversidad. Durante semanas previas, diversas instituciones se articularon en un esfuerzo conjunto: clubes de avistadores, colegios, alcaldías, Parques Nacionales, operadores turísticos, y familias enteras salieron a explorar y registrar la avifauna del Meta. “Solos no podemos. Esto se logra vinculando a todos los sectores”, recalcó.
La meta planteada por el Instituto de Turismo del Meta consistía en registrar 800 especies de aves, la cual se vió afectada por los desafíos climáticos, con lluvias intensas y 16 municipios en emergencia. A pesar de ello, el departamento logró registrar 668 especies de aves en un solo fin de semana, manteniendo su liderazgo nacional. Este éxito, más allá del reconocimiento, tiene un impacto directo en el desarrollo económico de la región, no solo por el movimiento generado sino por su proyección.
10% de las aves del mundo: Un privilegio y una responsabilidad
Colombia cuenta con cerca de 2.000 especies de aves, y el Meta alberga más del 60% de ellas, lo que equivale aproximadamente al 10% de las especies de aves del mundo. “Eso nos convierte en un destino obligado para el turismo ornitológico global. Hay especies endémicas que solo se pueden encontrar aquí”, destacó el director.
Este potencial atrae a turistas internacionales con alto poder adquisitivo, quienes llegan con equipos sofisticados y exigencias de servicio elevadas. Pero no vienen solos: traen a sus familias, lo que genera un efecto multiplicador en toda la cadena de valor del turismo. “Cada visitante mueve la economía: se hospeda, consume, genera empleo, y desarrolla actividades complementarias que hoy están puestas en la mesa como: avistamiento de toninas, rafting, canopy, senderismo, parapente, y turismo étnico entre otras, exigiendo calidad a los operadores y prestadores. Eso nos impulsa a mejorar constantemente”, señaló.
Formación, bilingüismo y servicio: Claves del futuro turístico
Entendiendo que el turismo especializado requiere preparación, el departamento lanzará próximamente un programa de formación junto con la Gobernación del Meta y la Universidad de los Llanos. Este incluirá capacitación en una segunda lengua y en competencias para el servicio turístico.
“Queremos que todos, desde el conductor de taxi hasta el mesero o el vendedor en la calle, conozcan nuestros atractivos. Todos debemos ser embajadores del Meta”, afirmó Londoño. La meta es clara: hacer que el servicio sea parte de la oferta, ese es el diferencial para enamorar a los visitantes.
Conservar para crecer
Cada vez son más las personas comprometidas con el cuidado y protección del medio ambiente, que demandan sitios turísticos con procesos serios de sostenibilidad, a la hora de disfrutar del turismo de naturaleza, por esta razón, el enfoque del turismo en el Meta no se basa solo en la dinamización de la economía “La conservación es la base del desarrollo”, subrayó el director. Por ello, se apuesta por la reglamentación de atractivos naturales, la formación de guías especializados y el uso sostenible del entorno, trabajando de manera articulada con la autoridad ambiental. La biodiversidad no es solo una riqueza, sino un legado que el departamento está comprometido a proteger.
“Ya no estamos ante una oportunidad, somos potencia en turismo de naturaleza, destacándonos especialmente en aviturismo”, concluyó Luis Carlos Londoño. Una afirmación respaldada por datos, esfuerzo colectivo y una visión clara de futuro: que el Meta siga volando alto, con sus aves como bandera.
/Llanoalmundo