Las lluvias torrenciales (mozones) han devastado el noroeste de Pakistán, donde más de un centenar de personas siguen desaparecidas y la provincia de Khyber Pakhtunkhwa concentra la mayoría de víctimas.
El balance oficial de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) elevó este martes a 695 los fallecidos y a 935 los heridos desde el inicio de la temporada de monzones, el pasado 26 de junio. Solo en las últimas horas, al menos 20 personas murieron en el distrito de Swabi, donde las inundaciones destruyeron varias viviendas.
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Provincias más golpeadas
La provincia de Khyber Pakhtunkhwa es la más golpeada, con 417 víctimas mortales. Allí, en Buner, se registraron más de 150 milímetros de lluvia en una sola hora, mientras otro aguacero torrencial azotó las montañas de Gadoon el lunes. De acuerdo con la NDMA, las inundaciones repentinas han sido responsables de más de la mitad de las muertes en lo que va de la temporada.
Ante la magnitud del desastre, el primer ministro Shehbaz Sharif anunció que los miembros de su gabinete donarán un mes de salario para financiar labores de socorro. Expertos recuerdan que Pakistán figura entre los países más vulnerables del mundo a los fenómenos meteorológicos extremos, una situación que vuelve a quedar en evidencia con la actual emergencia.
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