Sue Neill es una mujer inglesa, de 52 años, cuya vida dio un giro de 360 grados tras una visita odontológica que realizó en enero de 2017 para una limpieza dental de rutina.
De acuerdo a lo que han relatado medios locales, a causa de un corte pequeño en la encía provocado durante su intervención odontológica, la mujer desarrolló una sepsis por la que tuvieron que amputarle las extremidades y perdió su nariz, parte de sus labios y lengua.
A los pocos días de su cita odontológica se desarrolló un absceso en la pequeña cortada de su encía, y luego su rostro comenzó a hincharse, dificultándole escuchar y ver. Sus médicos le recetaron dosis de antibióticos y la mujer parecía estar recuperándose de esa infección.
No obstante, el 25 de febrero de 2017 su esposo, con quien lleva 26 años de casada, la encontró inconsciente y la llevó de urgencias al Hospital St Richard’s, en Chichester, Inglaterra. Allí los médicos le dijeron que había desarrollado sepsis por el corte de encía, por lo que sus posibilidades de sobrevivir eran muy bajas.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud la sepsis «es una complicación que tiene lugar cuando el organismo produce una respuesta inmunitaria desbalanceada, anómala, frente a una infección (…) si no se diagnostica y trata de forma temprana, puede ocasionar daño irreversible a los tejidos, choque séptico, insuficiencia orgánica múltiple y poner en riesgo la vida«.
Para aumentar sus posibilidades de sobrevivir, los especialistas le recomendaron amputar las cuarto extremidades y así lo hicieron.
Tras varias intervenciones quirúrgicas y un arduo proceso de recuperación, hoy en día Neill vive una vida más normal y tiene un brazo biónico que responde a los movimientos musculares. Este se costeó gracias a las donaciones que recaudaron con una campaña en GoFundMe.