Del año 2020 al 2021, según un estudio de la ONG Internacional, Colombia ocupó el puesto 10 con más casos de matoneo a nivel mundial, el informe reportó un total de 8.981 casos graves de bullying en niños de primaria y secundaria.
Sin embargo, el problema es tan grande que este promedio aumentó entre el año 2022 y 2023, duplicando la cifra de bullying de los otros países. En el último informe de la OCDE, Colombia quedó en el deshonroso segundo puesto a nivel mundial, con un 12% por amenazas, 18% por burlas y ataques, aunado a que 1 de cada 3 niños a recibido bullying frecuente durante su vida escolar, tristemente se ubica Colombia como potencia mundial en matoneo.
El acoso escolar es, este comportamiento violento e intimidatorio que se ejerce de manera verbal, física o psicológica entre niños y adolescentes durante la etapa escolar, e igualmente el bullying, se trata de una serie de maltratos continuos, que son llevados a cabo de manera intencional por uno o varios agresores, con el propósito de agredir, generar inseguridad o entorpecer el desenvolvimiento escolar de la víctima.
Ahora bien, con la llegada de la tecnología, también llego el acoso cibernético o ciberbullying, que causan al año, más de 200.000 muertes en todo el mundo, y Colombia no es la excepción, ya que esta modalidad trasciende más allá de la esfera del colegio, es así que, te pueden hacer videos, generar memes, fotos humillantes, crean cuentas falsas, que se envían a grupos de WhatsApp, Facebook, Tik Tok, todo esto en forma anónima, generando en la victima depresión, falta de auto estima, trastornos alimenticios, auto lesiones y hasta suicidio.
El acoso escolar es un tema de todos, debe haber corresponsabilidad entre los estudiantes, las familias, las instituciones y las entidades del Estado, una sociedad indiferente ante la violencia está destinada a fracasar.
Si no cuidamos a los niños que son el futuro de nuestra sociedad, no pretendamos tener una sociedad sana, más equitativa, justa, con más oportunidades y sin violencia, ya que crece enferma. No solo es hablar de paz, cuando los adultos están ya permeados por comportamientos violentos que se normalizan, que dejan como resultado un país liderado por delincuentes. La paz comienza con la protección efectiva de nuestros niños contra la violencia escolar, sexual, económica e intrafamiliar.
Proteger los derechos de los niños no debe tener color político, económico, e ideológico, debe ser una causa que nos una a todos los colombianos, para luchar a favor de los derechos de nuestros pequeños y futuros profesionales, deportistas, artistas, dirigentes y compatriotas en general de nuestro país.
¡Colombia nuestros niños sin violencia, no esperemos más!
