Decían los abuelos que “Para pelear se necesitan dos”. Seguramente para hacer la paz también se necesitan dos, el que la propone y el que la acoge, pero también decían que “No se pueden atender dos señoras al tiempo”. El gobierno de Gustavo Petro ha querido venderle al país una idea de paz total, donde propone en todos los escenarios y con todos los grupos posibles hacer una paz que, solamente ha conseguido que ellos con la “Gasolina” del narcotráfico expandan sus tentáculos y cada vez copen más municipios y más regiones de Colombia.
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Fue errada la decisión de frenar a los militares y no permitirles tener la iniciativa, amarrarlos en las operaciones para dialogar con unos gestores de paz que lo último que quieren es la paz. Si eso fuera así, cuando se intervino para detener a guerrilleros reconocidos y fueron dejados en libertad por orden presidencial, se debió lograr que la paz empezara a ser una opción, pero lo que logramos es que, esos mismos personajes asesinaran a 13 militares en Amalfi -Antioquia- y se burlaran de ese homicidio. Ya que, para esos personajes matar es una consigna y una manera miserable de demostrar poder, más si se sienten protegidos por el mismo Estado.
Aquí se le dijo al presidente Petro que “Iván Mordisco” y todas las disidencias siguen extorsionando, secuestrando y asesinando civiles como en el caso de la bomba de Cali. El gobierno de izquierda extiende la mano y se la pisotean todos los días, dando la impresión de que sea una política de Estado que busca la declaración de un estado de excepción que les permita perpetuarse en el poder. Un presidente pusilánime, que hace a un ministro de Defensa cobarde, y a unas fuerzas armadas desmoralizadas que ponen los muertos.
Lo más grave, es que la única manera de convencer a la población civil de que la institucionalidad es el camino, es llevando soluciones e inversión social, pero esas regiones están sin dinero y desde presidencia manejan los recursos de acuerdo a la ideología o la venia que cada región le rinda al “Emperador”, como si no fuera una obligación del Estado gobernar para todos y en igualdad de condiciones.
Mientras este país siga en guerra retrocediendo 20 años, la inversión extranjera cada día será menor y la industria local tendrá muchos problemas económicos porque sin seguridad y tranquilidad, es muy difícil emprender proyectos y empresas. Ojalá no sea tarde para que se cumpla la Constitución y la Ley.




