Es una gran pregunta que nos hacemos todos los colombianos, pero sobre todo un interrogante que el propio “senador Petro” le haría al presidente Petro. El mismo senador que en años pasados le reclamaba al presidente de turno por opinar sobre la guerra entre Ucrania y Rusia, mientras que en algunos municipios del Cauca el terrorismo no daba tregua.
Pues bien, la semana pasada uno de los medios de comunicación más prestigiosos del mundo “The Economics” nos mostrada la cruda realidad colombiana en materia de seguridad y terrorismo durante el gobierno Petro: un doloroso mapa de Colombia 90% de rojo que no asombró a ningún colombiano, pero que a nivel mundial resonó fuertemente aún en los círculos ultraprogresistas lobistas de la izquierda petrista en Europa, que con decepción veían un mapa retrocedido en el tiempo a la década de los 80 cuando las guerrillas, el narcotráfico y todo tipo de bandolas tenían sometido el territorio nacional.
En paralelo a esta escena el propio Petro daba un discurso incendiario desde las calles de Nueva York, llamando a la rebelión militar en estados unidos contra el presidente Trump, es más, lo hizo como si a propósito se disfrazara de un palestino, disfraz que algunos creeríamos era el de Temu, pues casi todos llegamos a pensar que se trataba de la reencarnación del guerrillero Jesús Santrich; acto temerario que le costó quedarse sin Visa como el buen seguidor del elefante Samper.
La pregunta inicial de este escrito cobra más relevancia en los primeros días de octubre cuando estoy escribiendo estas líneas, no solo el mapa de Colombia en más de un 90% en rojo, sino también los recientes atentados terroristas no solo en el Cauca sino en Arauca, uno de ellos contra Luis Naranjo uno de los líderes de la oposición en este departamento y el otro en el cantón militar de Puerto Jordán, en donde al menos murieron dos soldados y una decena más quedo gravemente heridos.
La respuesta a la pregunta inicial tal vez no la podemos resolver, es un asunto muy difícil combatir la terquedad y la ceguera ideológica del presidente, pero tal vez si podemos encontrar algunas soluciones. No lo sé, tal vez si todos nos sumamos a la iniciativa de cambiar el nombre del Cauca, Arauca o Norte de Santander por Palestina, tal vez el presidente tome acción y en definitiva luche por esa palestina Colombiana que debería estar atendiendo en vez de estar metido en la guerra entre el estado de Israel y el terrorismo de Hamás, mientras cada día que pasa el mapa de Colombia se torna más y más rojo.
Por lo pronto los defensores de la democracia en la oposición seguiremos haciendo lo posible porque en el 2026 llegue un gobierno que revierta toda esta parafernalia de gobierno petrista.