El cierre de la vía Villavicencio–Bogotá recuerda que el turismo “doméstico” -local-, es motor de economía y cohesión social: una palanca de resiliencia y empleo en tiempos de incertidumbre. Cuando la conectividad falla, surge la necesidad de redescubrir lo propio. Es hora de que gremios y empresarios unan fuerzas para apoyar emprendimientos locales y activar cadenas de valor regionales.
En Colombia, el turismo doméstico representa cerca del 70% del gasto turístico y genera empleos en zonas de frontera y montaña (DANE, MinTIC). En 2023, ProColombia destacó que viajeros regionales prolongaron estancias en destinos locales, con efectos en alojamiento, gastronomía y artesanías. A nivel internacional, países como España, Tailandia y Japón demuestran que priorizar el turismo interno reduce vulnerabilidad y fortalece marcas territoriales (UNWTO).
La vía Bogotá-Villavicencio es más que una carretera: es un corredor económico y emocional que une el llano con la capital. La acción es clara: impulsar alianzas público-privadas para crear rutas alternativas, paquetes de cercanía y productos con narrativa local. Incentivar el turismo interno no es cerrar puertas, sino abrirlas a la creatividad, al empleo digno y a la calidad de vida.
Las empresas deben respaldar a los emprendimientos locales con compras responsables, cadenas de suministro regionales y capacitación en servicio al visitante. Con empatía y hospitalidad, el talento humano puede convertir la dificultad en experiencias memorables que fortalezcan la reputación regional.
Promover el turismo doméstico es vital, pero no sustituye la urgencia de reabrir la vía. La región necesita soluciones inmediatas y, al mismo tiempo, compromiso sostenido para reactivar su economía.
¿Te unes a comprar local y construir resiliencia?