La candidata a la Presidencia salió a defenderse de las acusaciones de Córdoba, quien dijo que Carlos Castaño, exjefe paramilitar, le había comentado que era amigo de Betancourt.
Ante las recientes declaraciones de Piedad Córdoba, en las que habla de una supuesta amistad entre Íngrid Betancourt y Carlos Castaño, la candidata a la Presidencia por Verde Oxígeno salió a defenderse negando cualquier vínculo con el exjefe paramilitar.
Betancourt habló del motivo de su cita de este miércoles ante la Corte Suprema –por un proceso abierto contra Córdoba–, de su relación con la aspirante por el Pacto Histórico, de sus aspiraciones políticas y de lo que le deja todo este huracán en el que está de por medio un episodio difícil de su vida: los años que estuvo secuestrada por la entonces Farc.
Sobre como le fue en la Corte, manifestó: «Fue un momento difícil, de mucho estrés, fue largo. Lo único era aportar los elementos que uno pueda tener, no sé cómo valorar si estuvo bien o mal. Hice todo lo posible por aportar. Fue entre las 8 de la mañana hasta las 12:30 del mediodía».
Cuando yo oigo eso, de alguna manera eso me da todavía más razones de poder de que Piedad Córdoba en realidad sí es Teodora, y que lo que dicen de ella es verdad. Es como el coletazo del dr
No, pero para nada, nada que ver. Eso no vale la pena ni siquiera contestarlo, es tan absurdo; pero también es una táctica de embalar a los otros para limpiarse ella.
La reflexión que yo hago es que si Piedad para defenderse tiene que mentir eso ya dice qué está pasando así, en todo caso para mí ese es un indicativo claro de la situación.
Lo único que yo le conté a la magistrada fue que cuando a Piedad la secuestra Carlos Castaño, yo voy a hablar con unos ganaderos que sabía que tenían contacto con Carlos Castaño, para abogar por Piedad.
Ahora, a Piedad la liberan a los días, yo no voy a pretender que fue por mi intervención, no tengo ni idea siquiera si Carlos Castaño se enteró de que yo había hecho esa gestión. El caso es que sí la hice, y Piedad lo supo.