Después de meses de gestión y múltiples llamados al Gobierno Nacional, la Senadora Sonia Bernal, confirmó que fueron aprobados $100 mil millones de pesos para el mejoramiento de la infraestructura vial del corredor Bogotá–Villavicencio, una de las rutas más estratégicas del país.
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La inversión, que será ejecutada con recursos asignados por el Ministerio de Hacienda, busca garantizar la conectividad entre el centro y los Llanos Orientales, una región clave para la producción agrícola, pecuaria y energética.
Esta solicitud, explicó Bernal, es el resultado de las exigencias que ha venido haciendo al Gobierno Nacional en distintos espacios, como las plenarias del Senado, las reuniones en el marco de la discusión del Presupuesto General de la Nación 2026, así como en sus columnas de opinión y constancias legislativas, donde ha insistido en la urgencia de priorizar esta vía dentro del plan de infraestructura nacional.
Según la legisladora, esta decisión se da también por la insistencia conjunta de Senadores y Representantes del Pacto Histórico, para conformar una mesa de trabajo con el Presidente de la República, con el fin de estructurar soluciones a corto, mediano y largo plazo frente a la crisis vial que por años ha afectado a miles de familias y transportadores.
“Después de esta incansable gestión, hoy puedo decirles que nuestra voz fue escuchada. Se han destinado los recursos necesarios para fortalecer una ruta vital para el país, por donde diariamente transitan miles de vehículos de carga que impulsan la economía nacional”, expresó la senadora Bernal.
Contexto de la problemática
La vía Bogotá–Villavicencio, además de ser el principal acceso terrestre entre la capital y los Llanos, ha sufrido constantes cierres por deslizamientos, deterioro de la carpeta asfáltica y fallas estructurales que afectan el tránsito de más de 12 mil vehículos diarios, según cifras del Instituto Nacional de Vías (Invías). Estos cierres han ocasionado pérdidas millonarias a los sectores agrícola y de hidrocarburos, al tiempo que han impactado la seguridad alimentaria y el abastecimiento de combustibles en la región.
En los últimos años, diferentes gremios y mandatarios regionales han insistido en la necesidad de un plan integral de mantenimiento y estabilización de la vía, que incluya la intervención de los puntos críticos en los kilómetros 58, 64 y 83, donde se han registrado los mayores deslizamientos.
Un corredor clave para la economía nacional
El corredor Bogotá–Villavicencio no solo conecta a la capital con Meta, sino que actúa como puerta de entrada a la Orinoquía, una región que aporta más del 7% al PIB nacional y concentra una de las mayores producciones de arroz, carne y petróleo del país.
Con esta nueva inversión, se espera que el Gobierno Nacional reactive las obras de estabilización y mantenimiento, mejore los sistemas de drenaje y fortalezca la infraestructura de túneles y puentes, lo que permitirá una mayor seguridad vial y continuidad en el transporte de carga.
/Senadora Sonia Bernal




