El sistema electoral de Colombia enfrenta lo que podría ser la peor crisis de legitimidad de su historia por la rotunda brecha entre los resultados del preconteo de las elecciones a Congreso que se divulgó el 13 de marzo y el escrutinio que se ha dado a conocer en el transcurso del fin de semana.
Si bien el registrador, Alexander Vega, afirma que esa diferencia es normal, jamás se había presentando una disparidad tan abrumadora: pasó de un histórico inferior al 1% a ubicarse en el 7%. La entidad que él dirige considera que en el país no hay ningún fraude.
El lío tiene como protagonistas las enmendaduras en las actas de escrutinio de mesa E–14, formularios en los que los jurados deben reportar los sufragios. Que estos tengan rarezas no es una novedad, pues en 2018, por ejemplo, la Misión de Observación Electoral reportó irregularidades en 13.135 de estos, equivalentes al 2,8% del total de esos documentos.
El problema está en la diferencia entre el preconteo y el escrutinio, que si bien suele haberla entre la cantidad de votos para los partidos y las coaliciones, como ya se dijo, la de este año es más grande. Y eso se traduce en cambios en la distribución de las curules, una cuestión que termina reacomodando las cargas en el Congreso.
El Pacto Histórico está ganando tres en el Senado, mientras la Centro Esperanza, el Centro Democrático y el Liberal pierden de a un escaño; en la Cámara de Representantes también podrían darse ajustes.
Con todo esto, tanto el Centro Democrático como el Pacto Histórico pidieron un reconteo. Es decir, que se reabran las urnas de las 110.758 mesas de votación dispuestas en todo el territorio para la jornada del 13 de marzo. La determinación clave llegará el martes cuando todos los actores implicados en las elecciones –partidos, instituciones, Gobierno y observadores– se reúnan en la Comisión Nacional de Garantías Electorales.
No solo hay una gran cantidad de ciudadanos implicados en esta tarea, sino que hubo un cambio en quienes estaban llamados a asumirla. Anteriormente los jurados de votación eran, en su mayoría, profesores de instituciones públicas, algunos afiliados a Fecode, quienes durante años y repetidos comicios tuvieron la misión de contar los votos. Estos, sin embargo, fueron retirados de esa labor cuando voceros de la federación manifestaron públicamente que respaldarían al Pacto Histórico de Gustavo Petro.
Entonces, la Registraduría suplió ese vacío convocando a los jóvenes a asumir ese rol. Alexander Vega había explicado que
“la gran ventaja de los estudiantes es su preparación académica y su formación activista dentro del punto de vista de derechos políticos”.
Esa población, sin embargo, no estaba habituada a los formularios E-14, una planilla arcaica para reportar los votos que sí manejaban los docentes.
Son tres copias de los E-14 las que consagran los resultados: una que va a los registradores que hacen el preconteo, otra que la Registraduría se encarga de publicar en la web y una más que se echa en una bolsa para su traslado al punto desde que la autoridad electoral efectúa el escrutinio, por ejemplo, Corferias.
De todos estos, solo los E-14 que se disponen para el escrutinio tienen carácter vinculante y el vacío en la información entregada entre los dos momentos del conteo radica en que los formularios que se usaron para preconteo y escrutinio tenían datos diferentes.
El Pacto Histórico es uno de los protagonistas de esta historia porque le aparecieron 390.000 votos. La explicación que dio el jefe de ese grupo, Gustavo Petro, es que, al tener listas cerradas a Congreso, los sufragios a Senado se reportaban en el mismo formulario E-14 que estaba dispuesto para los del Partido de la U. Al final del E-14 para esa otra colectividad había una única casilla para anotar cuántos tarjetones se habían ido con la X en el Pacto. Petro dice que en 30.000 mesas los jurados mandaron la foto del formulario de la U recortando el pedazo del Pacto y así borraron los votos transmitidos.
Ese grupo sostiene la hipótesis de que, supuestamente, iba a darse un “fraude” en los comicios; el Centro Democrático afirma que hay “inconsistencias en la abrumadora votación del petrismo” y otras voces como la del expresidente Andrés Pastrana hablan de un “fraude a favor del Pacto Histórico”. Con todos esos antecedentes a cuestas, mañana se reunirá la Comisión Nacional de Garantías Electorales con un llamado del presidente Iván Duque dirigido al CNE y la Registraduría para resolver las dudas sobre los comicios.