En 2023, Colombia alcanzó un récord histórico en la siembra de cultivos genéticamente modificados (GM), con un total de 154,677 hectáreas, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Este aumento refleja la creciente confianza en la biotecnología agrícola moderna como una herramienta clave para la sostenibilidad y la competitividad del sector agropecuario.
De esta manera, María Andrea Uscátegui Clavijo, directora ejecutiva de la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola -Agro-Bio, explicó que la biotecnología agrícola moderna, la cual funciona desde dos líneas de acción: la transgénesis y la edición genética o de genoma, surgió en los años setenta, y no es otra cosa que el conjunto de técnicas, procesos y métodos en los que se utilizan organismos vivos o sus partes para producir una amplia variedad de productos apoyados en la ingeniería genética -ADN recombinante-.
Su objetivo principal es el de producir variedad de plantas con características especiales como: mayor producción, mejoramiento en sus propiedades nutricionales (más vitaminas), tolerancia a condiciones adversas como el cambio climático, resistencia a plagas y herbicidas específicos (soportar control de las malezas), entre otras ventajas. Su misión se cumple cuando se realiza de manera técnica y responsable.
De esta manera, los transgénicos son el resultado del proceso de la transgénesis en las plantas. Son Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que han tenido un mejoramiento de sus características para ser más beneficiosos, mediante el proceso de selección de genes de un organismo que han sido transferidos a otro, traduciéndose para los agricultores en el cultivo de alimentos con menores costos de producción y mayor rendimiento en la cosecha. De paso, tiene efectos positivos en el cuidado del medio ambiente, ya que se usan menos plaguicidas, reducen la labranza, manteniendo los niveles adecuados de carbono y humedad en el suelo.
Así las cosas, en Colombia el maíz genéticamente modificado se consolidó como el cultivo líder, con 142,711 hectáreas sembradas, lo que representa un incremento del 20% en comparación con el año anterior. Éste constituyó el 36% del total de hectáreas de maíz sembradas en 2023 y contribuyó con más del 50% de la producción total de grano del país, que alcanzó las 1.605.220 toneladas, según la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales (Fenalce).
La creciente adopción de maíz subraya el potencial de la biotecnología para satisfacer la demanda interna y fortalecer la seguridad alimentaria del país. Uscátegui Clavijo destacó que el aumento en la superficie sembrada con maíz genéticamente modificado no solo mejora la competitividad de miles de pequeños y medianos agricultores, sino que también ayuda a cubrir la creciente demanda nacional, incluyendo las necesidades de las industrias avícola, porcícola y acuícola. Lo anterior debido a los altos niveles de rendimiento que logra la biotecnología agrícola moderna.
El Meta: Líder en Transgénicos en Colombia
Es así como, esta herramienta se ha venido acogiendo muy bien y a pasos agigantados en diferentes territorios de Colombia, especialmente el metense. No es un secreto que el Meta, al igual que la Región de la Orinoquía, jurisdicción a la que pertenece este departamento, es considerada un gran referente como despensa agrícola y pecuaria para el país, siendo una de las zonas más apreciadas para la siembra de todo tipo de cultivos, y pieza fundamental para garantizar la seguridad alimentaria de Colombia.
El departamento del Meta se destaca como el principal productor de cultivos genéticamente modificado en Colombia, con un total de 61,338 hectáreas sembradas en 2023. En particular, la superficie sembrada con maíz genéticamente modificado aumentó un 42.6% respecto al año anterior, alcanzando las 57,642 hectáreas y consolidándose como líder en la producción nacional de este cultivo.
Periódico Llanoalmundo llegó hasta San Carlos de Guaroa, en el Meta, donde conoció a Diana Cruz Hernández y su esposo Guillermo Valderrama, quienes tienen 250 hectáreas sembradas de maíz transgénico en este municipio. “En los últimos años nos pasamos a la línea biológica, empezando por el tratamiento de semilla, y suelo, y aplicación en hoja de productos 100% biológicos. Este año, tenemos un área de 80 hectáreas aproximadamente donde dejamos el agroquímico de lado, y vamos avanzando con solo biológicos, experimentando hasta donde podemos llegar. Hasta el momento, ha sido muy exitoso. Lo que hacemos es combinar una biotecnología agrícola moderna con productos de bioinsumos, biológicos, los cuales nos han funcionado bien. Nuestro objetivo es lograr una agricultura totalmente sostenible y limpia”, explicó Cruz.
William Rodríguez, coordinador comercial de Bioandina, empresa dedicada a la investigación y desarrollo de soluciones agropecuarias mediante el uso de biotecnología aplicada, explicó que han estado realizando trabajos en los cultivos de la familia Valderrama Cruz, cuyo maíz (blanco) se exporta en forma de producto transformado (arepas) a Estados Unidos, con el fin de lograr reducir significativamente el uso de agroquímicos (menos fumigaciones) para aumentar el de microorganismos biológicos que ayuden a controlar plagas y enfermedades. Algo que viene dando excelentes resultados, ya que argumenta que están logrando controlar el Dalbulus Maidis, un insecto conocido como la chicharrita del maíz, el cual es un foco de enfermedades para la planta, y representa un flagelo para los cultivos a nivel regional, nacional y mundial.
Por otra parte, en cultivos como la soya genéticamente modificada, adoptada recientemente, también mostró cifras récord en el Meta. De las 4,557 hectáreas de este tipo de soya cultivadas en el país, el 65% se sembraron en el Meta, lo que resalta el potencial del departamento en la producción de esta leguminosa. Además, se sembraron 690 hectáreas de algodón genéticamente modificado en el Meta, subrayando el avance en la adopción de cultivos biotecnológicos.
Siembra Responsable: Llamado a la Práctica de Refugio
Agro-Bio hace un llamado a los agricultores para que cumplan con la regulación vigente en cuanto a la siembra de refugios dentro de los cultivos transgénicos. Los refugios son áreas dentro del cultivo genéticamente modificado que se siembran con semillas convencionales o con semillas genéticamente modificadas tolerantes a herbicidas, y son esenciales para prevenir el desarrollo de resistencia en plagas.
Esta práctica es crucial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las tecnologías biotecnológicas y proteger tanto las cosechas futuras como los beneficios económicos para los agricultores. El avance en la adopción de cultivos genéticamente modificados en Colombia, especialmente en el Meta, refleja un movimiento hacia una agricultura más eficiente y sostenible, alineada con las tendencias globales.
