El Mirador Matapalo ubicado en el Alto de Menegua en el municipio de Puerto López, Meta, está conformado por una torre de 14 pisos, con una altura de 43.5 metros, ascensor panorámico, restaurante y mirador de 360 grados desde el cual los visitantes podrán observar la inmensidad de la llanura como lo describiera Arnulfo Briceño en el Himno del Departamento.
En el mundo existen torres de suma importancia y alrededor de ellas se desarrolla el comercio, la cultura, la recreación y la diversión, entre otras actividades. Encontramos como referentes la Torre Eiffel en París, Francia, con una estructura metálica de 300 metros de altura, en medio de un lugar que incita al romance y al amor; o el Space Needl, en Seattle, Estados Unidos, que desde su creación en 1962 ha sido referente porque al parecer un Objeto Volador No Identificado (OVNI), aterrizó justo en ese sitio. En Colombia no tenemos nada que envidiar a estas imponentes construcciones, pues gracias a la ingeniería metense hoy contamos con la Torre Mirador Matapalo que exalta nuestra riqueza natural, la cual cada día es más relevante para los viajeros del mundo.
El Mirador Matapalo se encuentra ubicado en el centro geográfico de Colombia, rodeado de un mar verde con extensas llanuras atravesadas por el río Metica, del cual sus dulces aguas tras kilómetros de recorrido, terminarán engrandeciendo al río Orinoco.
Este proyecto ha sido liderado por la Gobernación del Meta, en cabeza del Instituto de Turismo Departamental y ejecutado por el Consorcio Matapalo. Tras dos años y seis meses de llevar la magia del diseño del arquitecto Marco Aurelio Baquero García a la realidad, tiempo en el cual fue necesario que el ejecutor expidiera las diferentes licencias ambientales, gestión predial y una serie de requerimientos para el desarrollo de la obra; hoy, se levanta como un ícono de la pujanza llanera.
Según Daniel Sánchez, Gerente del Consorcio Matapalo, llevar el diseño a una estructura real, fue todo un reto para la arquitectura y la ingeniería metense: “Muchas de las obras en el país, y también de orden internacional como el túnel de La Mancha se han demorado más y han costado mucho más de su presupuesto inicial. En nuestro caso por la complejidad de la obra y la solicitud de permisos, se alargaron los tiempos estipulados, afortunadamente no fue necesario realizar adiciones presupuestales y el valor de ejecución estuvo dentro del presupuesto contractual”, expresó.
Hablar de turismo es hacer referencia a una serie de sectores que componen la economía de nuestra región y que gracias al ambiente de paz que hoy fluye en nuestro país, han tomado la actividad turística como un eje dinamizador, por esta razón el complejo turístico también cuenta un área comercial con 25 locales destinados a los artesanos, sector de comidas y un total de 6.900 m2 de área urbanística.
Para el Consorcio, otro de los compromisos prioritarios fue el respeto al medio ambiente, por ello, el Mirador cuenta con una planta de tratamiento de agua potable y una de tratamiento de aguas residuales, y así, devolver el preciado líquido libre de contaminantes a las fuentes hídricas cercanas, constituyéndose en un ejemplo de sostenibilidad.
El 70% de la mano de obra contratada para el proyecto eran residentes de Puerto López. Se generaron 300 empleos directos, vinculando desde obreros rasos hasta los especialistas en las diferentes áreas de la construcción y el diseño.
¿Por qué el nombre de Matapalo?
La Gobernación del Meta tuvo a bien rendir un homenaje al árbol Matapalo, una especie de ficus parásito que crece en las sabanas y llanuras colombianas.
“En los tiempos ancestrales, el matapalo fue un árbol de gran importancia porque de ese árbol fabricaban los vestuarios para hombre y mujer, artesanías como los bolsos, costales, cargador de niños y amarres para las casas. El matapalo fue muy útil en la medicina, específicamente en las cortadas leves o graves, tronchaduras o aporreaduras; se cortaba la corteza del matapalo, esto se machacaba muy bien, luego se cocinaba, se colocaba un paño en la parte afectada y después se bebía hasta que la herida quedara sana”, así lo referencia el libro Saberes y Conocimientos Tradicionales Sobre el Matapalo, escrito por la Comunidad La Esmeralda del resguardo Caño Mochuelo en Casanare.
